Una niña, de apenas cinco años, vive una doble tragedia. En seis meses, la violencia la dejó huérfana de padre y madre, en Manta, Manabí.

Su progenitora –sepultada la mañana de ayer– fue asesinada a tiros y sus restos fueron encontrados en una solitaria vía que conduce hacia las canteras de la parroquia Picoazá, Portoviejo. Sucedió el 21 de diciembre, luego de reportarse su desaparición cuatro días antes.

La víctima, según familiares, había recibido una llamada y acudió hacia la playa El Murciélago. Esa fue la última vez que supieron de ella; luego recibieron una llamada que les confirmaba que su cadáver fue llevado a la morgue de Manta, donde se vivieron escenas de dolor y angustia.

El papá muerto

Seis meses atrás, la pequeña recibió el primer golpe nefasto de su vida. El pasado 2 de junio, su padre, también de 22 años, fue asesinado a tiros cuando se movilizaba en un carro blanco, en la parroquia Eloy Alfaro.

Tras esa pérdida, la mamá de la infante se convirtió en su abrigo y protección. En fotos que se veían en redes sociales se observaba a la pequeña junto a su progenitora, ambas sonrientes y compartiendo momentos amenos.

Pero ahora todo quedará solo en recuerdos. Una vez que la chica fue encontrada sin vida, se la veló inmediatamente debido al avanzado estado de descomposición de sus restos, ya que se presume la mataron la misma fecha que se perdió.

La familia de la infante solamente le han dicho que sus papitos ahora la cuidarán desde el cielo.

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