Aunque Roberto Eliut Campos Crespo no cambió su apariencia, sí se hizo pasar como peruano. Hablaba con el acento de los ciudadanos de esa nacionalidad y, además, tenía cuatro identidades falsas. Eso le sirvió por más de 11 años para no ser detenido por el asesinato de su expareja, ocurrido el 4 de octubre de 2011.

El hombre fue capturado el lunes 24 de abril en Lima, la capital de Perú. En un lapso de dos a tres meses, el ecuatoriano será deportado para que lo juzguen por el crimen de María Fernanda Fernández de Córdova Flores, a quien le habría quitado la vida a martillazos.

“Esta persona era requerida en 160 países”, indicó el teniente coronel Mario Escobar, jefe de la Dinased (Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión) en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

Campos tenía una difusión roja, además de ser uno de los más buscados en la provincia del Guayas. “Él se encuentra bajo el resguardo debido, en la Policía Nacional de Perú”, comentó Escobar.

El oficial mencionó que Campos fue capturado durante un operativo de registro a personas. “Ahí verifican que la identidad y la documentación que presenta es falsa. Es importante también indicar que él cambió su acento para poder pasar desapercibido entre todas las personas”.

Sin embargo, a pesar de esa estrategia, el cotejamiento de huellas mediante medios tecnológicos permitió determinar que, en realidad, se trataba de un peruano impostor.

“Sus actividades en el vecino país estaban orientadas a los emprendimientos. Dentro de lo último que sabemos, con una carreta se dedicaba a la venta de comida”, explicó el agente.

Además, durante un tiempo también ejerció el oficio de entrenador físico personal, labor en la que precisamente trabajaba cuando conoció a María Fernanda.

“Ella logró darse cuenta de que él tenía inconvenientes, era muy posesivo y muy celoso”, dijo Escobar.

Quizá esa fue la razón por la que María Fernanda puso fin a la relación que mantenían. En esa época se conoció que la mujer, en el día del suceso, habría ido a reclamarle para que la deje de acosar.

Luego de presuntamente haber cometido el crimen en su departamento, ubicado en Lomas de Urdesa, en el norte de Guayaquil, el hombre huyó de tierras ecuatorianas. Pero no llegó de ‘una’ a Perú, pues antes estuvo en otros dos países.

“De las investigaciones que manejamos, él pasó por Colombia y estuvo un tiempo en Arica, que es en Chile. De ahí se pasó a Perú”, relató el oficial.

Lo curioso es que, a diferencia de otros casos conocidos de personas que se mudan de país y cambian su aspecto físico tras cometer delitos, Campos no hizo lo mismo.

El paso de los años ha hecho su efecto y al detenido se lo nota más avejentado. Incluso perdió algo de su condición atlética. El no haberse practicado ningún proceso estético contribuyó a que pueda ser identificado.

Otro detalle que asombra y que tendrá que ser investigado es cómo hizo para obtener las cuatro identificaciones irregulares.

En septiembre pasado, EXTRA entrevistó a la madre de María. Clamaba para que el caso no quede impune por la fuga del sujeto.

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