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Mecánicamente| Hábitos que dañan la dirección del carro: guía de un mecánico experto
Las fallas en la cremallera y bomba hidráulica presentan síntomas claros y progresivos. Desatenderlos puede resultar en averías graves y costosas
Hugo Rodas notó que el volante de su carro no estaba regresando a su posición original por si solo y que al girarlo emitía un sonido extraño; cuando empezó a ver gotas de aceite rojizo en la parte delantera de su ‘nave’, supo que era hora de visitar al mecánico.
En el tecnicentro dieron rápidamente con la falla: la cremallera y bomba de la dirección tenían fugas, lo que le estaba haciendo perder el líquido hidráulico.
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Carlos Soria, mecánico del taller Oso Motor, en la ciudadela Kennedy, norte de Guayaquil, explicó que la primera señal de que hay daños en la dirección asistida del carro es encontrar liquido hidráulico derramado.
“Es color rojo, cuando se calienta pierde viscosidad, se hace más ligero. Mientras se está rodando no se escapa porque está circulando, pero una vez que se apaga el carro se asienta y ahí comienza a gotear”.
También advirtió que este problema no se presenta de un momento a otro, sino que el daño empeora con el tiempo y si no se lo detecta y soluciona puede dañar los dientes de la cremallera, un daño que no se puede solucionar, debiendo cambiarse la pieza completa, una reparación bastante costosa.
¿Cuáles son los hábitos de conducción que dañan la cremallera y bomba hidráulica?

Soria enumeró algunos de los hábitos de conducción que se deben evitar para prevenir los daños en la dirección:
Girar el volante bruscamente, hasta llegar al tope, es el más común, señaló el mecánico. “Cuando se gira con fuerza, los piñones se golpean, se desgastan o incluso se les rompen los dientes. Lo correcto es darle vuelta suavemente y, de ser posible, dejar que regrese a su posición original solo”.
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Girar el volante a tope y mantenerlo en esa posición por largo también es perjudicial porque le genera esfuerzo adicional a la bomba hidráulica y provocar fugas en retenedores desgastados, lo que lleva a la pérdida de presión y endurecimiento del volante.
Otra práctica negativa es descuidar la lubricación de la cremallera y los piñones. “Hay que mantenerla bien engrasada y revisar el nivel del líquido hidráulico con frecuencia”, aconsejó Soria.
Síntomas de daños en el sistema de dirección

Uno de las primeras señales de que puede haber hay un problema con la cremallera o bomba hidráulica es que el volante no vuelva a su posición por si solo. Incluso si lo hace pero le cuesta o tarda más tiempo es indicio de una fuga de presión en alguna parte de la dirección, que se debe localizar y reparar.
Otro síntoma común es escuchar ruidos al girar el volante. Esto sucede cuando el nivel de fluido de la bomba hidráulica está por debajo del mínimo, lo que significa que hay una fuga en el sistema.
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El olor a aceite quemado es signo de una cremallera con fuga de fluido hidráulico en algún retenedor o empaque. Este problema es grave porque puede sobrecalentarse y dañar las partes internas.
Sentir vibraciones y rigidez excesivas son otros síntomas de daño en la cremallera o bomba hidráulica, que casi siempre se deben a alguna fuga de presión.
Mantenimientos de la cremallera y bomba de dirección hidráulica
El mecánico Carlos Soria explica que el líquido de la bomba hidráulica se debe drenar y cambiar cada dos años o 100.000 kilómetros. Este es un trabajo que requiere desmontar algunas piezas, por lo que es mejor dejárselo a un experto.
Siempre hay que utilizar el tipo fluido especificado por el fabricante a la hora de rellenar el sistema de dirección hidráulica.

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