El 26 de agosto de 2025 el Concejo Metropolitano intentó debatir la situación del mantenimiento del metro. El gerente, Juan Carlos Parra, expuso el estado del sistema, pero, tras su intervención, varios ediles salieron de la sala y la sesión se cayó por falta de quórum. 

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La discusión quedó en nada mientras el servicio más costoso de la ciudad sigue rodando sin contrato.

Por qué se cayó el contrato

Según el informe técnico-administrativo de Metro de Quito, el 14 de agosto la plataforma de compras públicas tuvo intermitencias cuando el equipo cargaba las respuestas del banco de preguntas (121 en total) de los TDR.

• A las 19:50 solo se habían logrado subir 5 respuestas.
• No se cumplió el plazo y la Comisión Técnica recomendó cancelar el proceso y reportar a Contraloría.
• Se dispuso relanzar la contratación con Informe de necesidad y TDR actualizados antes de volver a publicarla.

Resultado: el metro continúa sin mantenimiento preventivo y correctivo contratado y el cronograma se estira.

Motorola prende la alarma

En medio de ese vacío, el 10 de junio Motorola Solutions envió una carta a la empresa Metro de Quito y al alcalde Pabel Muñoz; el sistema de radiocomunicaciones TETRA no tiene soporte de fábrica desde el 1 de enero de 2025.

La advertencia fue directa: al estar desactualizado (instalado en 2018, sin updates de fábrica) el riesgo de fallas es “extremadamente alto”, con posibilidad de interrupciones que afecten la seguridad de los usuarios.

Qué dicen los concejales

El debate político se encendió. Para Andrés Campaña, concejal de Quito, el problema es grave “Este sistema incluye software, hardware y todas las comunicaciones del metro. Desde enero no hay contrato, y eso pone en alto riesgo la operación”.

Campaña añadió el impacto económico y de plazos. “El último contrato aumentó en 19 millones de dólares. Y recién en marzo de 2026 podría concretarse un contrato definitivo de mantenimiento”.

Diego Garrido, tambiéb edil, coincidió en que falta un contrato integral de largo plazo y dijo que los mantenimientos preventivos actuales mitigan el riesgo. Sobre la carta de Motorola fue crítico. “No podemos asustar a la ciudadanía ni condicionar el sistema a intereses comerciales”.

La versión de la empresa pública

El 27 de agosto la Empresa Pública Metro de Quito respondió que la operación es normal y segura, con personal propio, redundancias y protocolos de contingencia. Aseguró que el contrato integral se adjudicará mediante un proceso público, transparente y competitivo y rechazó presiones externas.

¿Qué cubre el mantenimiento integral?

• Vía e infraestructura: rieles, aparatos de vía, drenajes, túneles.
• Talleres y cocheras: aire comprimido, cubiertas, saneamiento.
• Electromecánicos: detección y alarma de incendios (incluido VESDA), ventilación, cuadros eléctricos, UPS, climatización.
• Telecomunicaciones y control: CCTV, megafonía, TETRA, Wi-Fi en túneles.
• Seguridad y monitoreo 24/7.

Sin este contrato, los correctivos mayores, actualizaciones de software y la reposición de partes en todos los subsistemas no tienen respaldo de fábrica ni tiempos garantizados.

Lo que está en juego

El metro de Quito —inversión cercana a USD 1.500 millones— acumula años sin contrato integral y podría alargarse hasta marzo de 2026. En el camino, el presupuesto ya subió 19 millones.

La alerta de Motorola destapó solo una parte de la fragilidad: sin mantenimiento integral asegurado, la continuidad y la seguridad del servicio quedan bajo presión.

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