No es un pavo, no es un avión, tampoco es Súperman. Se trata del gallo, el cual es un ícono de las leyendas populares de la capital y que se ha convertido en el símbolo oficial del Metro de Quito.

La mañana de este 1 de diciembre del 2023, su presencia estuvo en varias gigantografías ubicadas en las 15 estaciones del medio de transporte masivo y fue la sensación del momento. Adultos, jóvenes y niños querían tomarse una selfie con el gallito de cartón.

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Soledad Balseca y su hija fueron algunas de ellas. La madre llegó a la estación de Solanda, en el sur de la ciudad, a las 06:00. No tenía tarjeta ni se había registrado en la aplicación del Metro. Por eso tuvo que ir a una tienda para cambiar un billete por monedas y pagar el pasaje.

Cuando lo pagó con el recaudador e iba a pasar con el boleto por la puerta eléctrica vio la gigantografía del gallo y aprovechó para pedir a otro usuario que le tomara una foto junto a su hija posando junto al símbolo.

Pero ¿Por qué el gallo terminó siendo la ‘mascota’ del Metro? El alcalde de la ciudad, Pabel Muñoz, señaló en una conferencia que usarán este ícono de las leyendas de la capital como una imagen de cuidado y protección a la infraestructura del nuevo servicio de transporte público.

El animalito bicolor hace referencia a una de las historias urbanas más conocidas de la urbe: el gallo de la Catedral. Sobre la cúpula más grande de la iglesia de la Catedral reposa un gallo de bronce –que hoy sirve como pararrayo– y que llegó por accidente entre las barandas del Palacio de Carondelet.

El relato dice que Don Ramón, un bohemio que tomaba mistelas donde la chola Mariana. Siempre que se chumaba y pasaba por la Plaza Grande veía al gallo y le decía. “Tú, gallo de porquería, ¿qué me quedas viendo? el único gallo de Quito soy yo.

Una noche, el animalito de bronce cobra vida y baja a picotear a Don Ramón y lo obliga a prometer que no volverá a tomar.

Esa es una versión histórica del gallo. En otra se relata que fue el sacristán quien se puso el traje de gallito para asustar al hombre para que dejará de insultar cada vez que bebía.

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