‘Mototaxis’: los salvadores de la madrugada

Julio Moreira apresuraba el paso por las lodosas calles de Monte Sinaí, noroeste de Guayaquil, a la medianoche. Llevaba en brazos y envuelto en una manta a su hijo de 2 añitos, que se sentía mal de salud, hacia un centro médico, ubicado en la avenida Casuarina, o más conocida como la entrada de la 8.

Estaba a aproximadamente 7 kilómetros de su destino y a esa hora del pasado lunes los taxis no asoman por esa zona a partir de las 22:00. Pero Julio encontró la ‘salvación’ en un grupo de motociclistas que trabaja trasladando gente cuando la ciudad duerme.

“Aquí se muere una persona en una emergencia. Pero gracias a estos motorizados tenemos como movilizarnos, especialmente en la madrugada”, comentó Julio más tranquilo antes de subirse a uno de estos vehículos.

de 50 centavos a 3 ‘latas’

Este grupo de más de 35 taxistas de dos ruedas, que no es lo mismo que las tricimotos -vehículos adaptados para llevar al menos tres pasajeros- tiene su estación en la avenida principal de Monte Sinaí, frente a Las Piscinas.

Trabajan todo el día y cobran 50 centavos por el traslado. Esta alternativa permite a los habitantes de este sector llegar de manera directa a sus hogares, cruzando avenidas polvorientas o fangosas.

Pero, a partir de las 22:00 solo cuatro o cinco motos permanecen en la estación. En ese momento la tarifa aumenta a 1 dólar hacia Las Marías, Valle Verde, Thalía 1 y 2, Trinidad de Dios, María Paidar, Voluntad de Dios y la ‘montaña’ de Monte Sinaí, mientras que a Realidad de Dios y Monte Lindo, el precio es de $ 1,50.

Si el pasajero desea ir a sitios más apartados como La Ladrillera en Flor de Bastión, colegio La Réplica o cooperativa Balerio Estacio, el pasaje va desde los 3 dólares en adelante.

“Incluso hay personas que tienen nuestros números de teléfonos y nos llaman para que las saquemos de sus casas, porque taxis ni buses no hay”, indicó William Mirabá, quien durante el día se dedica a su negocio de alquiler de lavadoras y por las noches se ayuda ‘fleteando’ en su moto.

Rafael Cedeño es albañil, pero cuando no tiene trabajo en la construcción sale en su motocicleta a ganarse la ‘papa’.

“Alquilo la moto a un amigo, pago ocho dólares la guardia y me ayudo realizando fletes”, menciona Jeanpool Palomino, otro de los taxistas de dos ruedas.

Ellos trabajan de manera organizada, porque están agrupados en una Asociación de Mototaxis. “Cualquiera no puede venir y meterse a trabajar, tiene que ser conocido y estar ingresado al grupo”, aclaró Jorge Jiménez.

DÍAS BUENOS Y MALOS

Mirabá añade que en días buenos se gana entre 40 y 50 dólares “en una amanecida”, especialmente viernes y sábado. Aunque a veces solo llega a casa con 8 o 12 dólares. “Hay que sacar para la comida y la reposición de la moto porque, con las calles dañadas, se destruyen y hay que cambiarlas”, comentó Mirabá.