Como balde de agua fría. Así se desayunaron la noticia de la disolución de la Asamblea Nacional los funcionarios que trabajan en el palacio legislativo.

Muchos de ellos, a pesar de haber conocido la noticia de la muerte cruzada decretada por el presidente Guillermo Lasso, decidieron asistir a sus labores de manera normal. Sin embargo, se encontraron con que los alrededores de la Asamblea Nacional estaban cercados y les han prohibido la entrada.

Los funcionarios están a la espera de algún pronunciamiento oficial. “Nosotros debemos responder a nuestros jefes”, afirman.

El miedo y la incertidumbre ronda entre ellos. No saben qué esperar y cómo pagarán sus cuentas al final del mes ahora que se consideran desempleados.

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Aquellos trabajadores que habían logrado entrar -porque llegaron a la primeras horas de la mañana- fueron retirados de la dependencia legislativa por miembros de las Fuerzas Armadas.

El lugar se mantiene cercado por los agentes policiales y militares y con la prohibición de la entrada.