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Un adolescente desapareció en el río San Pablo
Lo que era una refrescante tarde para Walter Benítez, de 16 años, terminó convirtiéndose en una tarde de agonía para sus familiares.
Lo que era una refrescante tarde para Walter Benítez, de 16 años, terminó convirtiéndose en una de agonía para sus familiares. El joven fue reportado como desaparecido el 10 de junio del 2018, en las aguas del río San Pablo en la parroquia Barreiro de Babahoyo, donde fue visto por última vez mientras intentaba cruzar el afluente en compañía de unos amigos.
Los adolescentes llegaron a la orilla, pero Walter no salió más. Sus amigos, que horas antes lo convencieron para ir nadar un rato, creyeron que se trataba de una broma; sin embargos, pasados unos minutos empezaron a alarmarse y fueron en busca de ayuda.
Según el morador Manuel Molina uno de los jóvenes se acercó a un canoero y le dijo “venga ayúdeme que mi amigo no sale”. Al sitio también llegó la progenitora del joven, Angélica García, quien salió de su trabajo apenas le notificaron lo que había sucedido.
Pito, como le decían en el barrio, eran estudiante de la Unidad Educativa Francisco Huerta Rendón. Sus amigos de la avenida Clemente Baquerizo, donde residía, llegaron a orillas del río dolidos y rogando que nada de eso sea cierto.
El 10 de junio, los buzos del Grupo de Operaciones Especiales llegaron desde Quevedo para empezar a remover escombros en las profundidades y tratar de que salga a flote. Mientras tanto el Cuerpo de Bomberos ofreció su ayuda, pero a la vez solicitó a la familia la colaboración de 5 dólares para la gasolina del bote.
El calvario de Angélica
Su progenitora informó que la última vez que vio a su hijo con vida fue la mañana del domingo antes de irse al trabajo: “Quedó dormido al cuidado de su abuelita. Cada vez que iba a salir me llamaba para pedir permiso pero esa tarde no lo hizo”, dijo.
Fue una comadre quien llegó a buscarla al hospital donde labora como enfermera, y donde se enteró de lo ocurrido. Ahora la mujer cuenta las horas para tener de vuelta al tercero de sus cinco hijos. Según un pariente, Walter recién había terminado de almorzar cuando se dirigió al río en la bicicleta.
Sus deudos han montado una vigilia en la ribera del río, esperando que aparezca.