El funerario asesinado la noche del lunes 29 de enero en Playas, Jonathan Chichande Zambrano, durante la pandemia de covid-19 no solo se dedicaba a trámites y traslados de cadáveres. Fue en esa época que comenzó su incursión en el mundo delictivo, indicó la Policía.

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Dentro de los cofres mortuorios, el Muertero, alias con el que era conocido Chichande, trasladaba droga, aprovechando que por la emergencia sanitaria no era permitido abrir los ataúdes.

“Su vida delictiva comenzó en pandemia, pero siguió hasta convertirse en sicario. Él mismo negociaba con la familia de los difuntos y les ofrecía sus servicios funerarios. Uno de sus compinches conducía una ambulancia, juntos cometían los delitos de tráfico de droga”, explicó un investigador.

En junio de 2023, en este cantón del Guayas, se registró un atentado en contra del conductor de una ambulancia. De acuerdo con la versión de la Policía, Chichande le dio ‘de baja’ porque esta persona quiso abrirse del ‘negocio’ y formar su propio grupo criminal.

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“El Muertero operaba en Playas y en Posorja. A quienes obstaculizaban su ‘trabajo’, los mataba”, agregó. 

Chichande, de 35 años, fue detenidos horas después del asesinato de cuatro miembros de una familia, ocurrido la noche del lunes 18 de diciembre en Progreso, parroquia rural de Guayaquil. 

Una fuente policial reveló que de acuerdo a las ininvestigación al funerario se le atribuyeron al menos el 50 % de las muertes violentas ocurridas en General Villamil (Playas) durante el 2023.

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