El cantón La Libertad, considerado como la capital económica de la Península, por su flujo financiero, atraviesa uno de sus peores momentos en materia de seguridad. Las estadísticas ubican a esta ciudad como la más peligrosa de la provincia. En todo el año 2022 en esta urbe ocurrieron 65 asesinatos, pero en lo que va de 2023 ya suman 121 las víctimas.

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Además, desde agosto en adelante se han incrementado las amenazas por extorsión, también llamadas ‘vacunas’. Para la mayoría de los habitantes de La Libertad, las autoridades locales hacen muy poco en la seguridad.

“El alcalde Francisco Tamariz prometió en campaña un plan urgente de seguridad, ya lleva siete meses en el cargo y no se ven acciones al respecto”, indicó el poblador Pablo Lainez, reclamando por elm tema seguridad.

Otros habitantes como Glenda Ramírez señalan que la actividad comercial muere a partir de las 20:00, a lo que se suma el taxista Pedro Magallanes, quien afirma que “el apogeo nocturno que antes se tenía, ha ido disminuyendo por la inseguridad; ya no es rentable trabajar en las noches”

“Hemos tocado fondo en la inseguridad, lo más lamentable es que nadie hace nada. La policía llega a los levantamientos de cadáveres y no se conoce de investigaciones. En el Municipio dicen que no es su competencia. El pueblo está indefenso”, expresó el dirigente barrial, Carlos Gonzabay.

El gobernador de Santa Elena, Fabricio Tamayo, tomó posesión del cargo el pasado viernes, pero hasta la fecha no se ha dirigido a la ciudadanía para conocer sobre las acciones de seguridad que se efectuarán. EXPTRA trató de entrevistarlo y del departamento de comunicación del ente se informó que aún no tiene disposición de intervenir en medios.

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