Llega en una bicicleta, se baja y a pasos cortos se acerca hasta el cerramiento de una recicladora de metal, donde por debajo de la puerta coloca un taco de dinamita. No tendrá más de 12 años, pero ya es partícipe de un delito que se ha vuelto muy común en Guayaquil: la ‘vacuna’.

El menor de edad fue captado por una cámara de seguridad, del bloque 2 de Bastión Popular (noroeste) donde ayer una familia que se resistió a ser víctimas de extorsionadores se llevó una amarga sorpresa, al abrir las puertas del negocio. Hallaron un explosivo que les puso los ‘pelos de punta’.

Un allegado de la dueña de la recicladora contó a este Diario, que un día antes su pariente recibió mensajes de voz y de texto, enviados por WhatsApp, donde le pedían dinero a cambio de no atentar en contra de su vida o de su local.

“Le dijeron que debía darles 5.000 dólares o que se atenga a las consecuencias. Mi familiar preocupada se comunicó con la policía, varios agentes llegaron para tomar datos, luego se retiraron, no pensamos que iban a cumplir la amenaza, en la tarde cerramos el local y cada uno se retiró a su domicilio. Fue hasta la mañana siguiente en que nos percatamos del artefacto, que gracias a Dios no detonó. Creemos que se trata de una advertencia”, sostuvo el familiar de la propietaria del local.

Otra persona cercana a la dueña del negocio indicó que los ‘vacunadores’ por WhatsApp le enviaron fotos del taco de dinamita, presuntamente para amedrentarla y obligarla a cancelar las 5 ‘lucas’. “Le dijeron ‘prepárate que te vamos a atacar’”, manifestó. (AEB)