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La nueva cara de El Salto estará lista en mayo del próximo año
Los comerciantes están a la expectativa de que alguna autoridad se reúna con ellos para definir cuáles serán los requisitos que deberán cumplir para obtener un lugar en la nueva zona regenerada.
Sobre una mesa de fierro con tablones de madera, Paúl Vera, coloca la cantidad de mariscos que estima comercializar durante el día.
La jornada de este comerciante informal inicia a las 06:00 a un costado del puente peatonal de la parroquia El Salto en el cantón Babahoyo.
A esa hora la mesa está llena de tilapias, camarones y cangrejos, que a cada momento son salpicados con agua bien fría para que conserven su frescura.
Paúl tiene cinco años en el sector, debajo de un techado de zinc, madera y caña, que él mismo construyó para protegerse de la lluvia y el sol durante su jornada laboral.
Junto a él está el kiosco de Sandra Montoya, una comerciante de frutas que hace ocho años se instaló en el lugar debido al gran número de personas que a diario transitan por el viaducto.
Ambos vendedores habitan en el sector 16 de Diciembre de la misma parroquia pero al igual que otros comerciantes de la zona, han hecho de las inmediaciones del puente su segundo hogar.
Hace dos meses empezó la construcción del nuevo malecón de El Salto y lo primero que se les vino a la mente, fue que en un tiempo no muy lejano tendrían que abandonar el sitio para darle paso a la nueva obra.
Sandra, aplaude que al fin se hayan acordado de darle una imagen agradable a la parroquia que el pasado 5 de noviembre estuvo de aniversario por sus 27 años de creación. Sin embargo, los vendedores aún no están seguros de qué vaya a suceder con ellos cuando los trabajos empiecen a tomar forma en el sitio.
Aumento de locales
Ángel Mora Morán, fue el primer comerciante que hace 12 años decidió instalarse a orillas del río Babahoyo en busca de una fuente de ingresos para subsistir.
Empezó vendiendo cocos y ahora su negocio es casi una tienda de abastos en la que se puede encontrar desde golosinas hasta quintales de arroz. Al vendedor de 56 años también le gustaría saber de manera oficial, cuál va a ser el futuro de su negocio que atiente todos los días desde las 07:00 hasta las 18:00.
Según el represente legal de la compañía Dataconstru S.A., Braulio Barrera, al inicio el proyecto malecón El Salto contemplaba la construcción de cuatro locales con su respectivo patio de comidas.
Pero luego de un rediseño al área de construcción, se incrementaron tres cubículos más, que suman en total siete espacios para la venta de alimentos y bebidas.
De ahí que los comerciantes están a la expectativa de que alguna autoridad se reúna con ellos para definir cuáles serán los requisitos que deberán cumplir para obtener un lugar en la nueva zona regenerada.
Diseño a la UPC
La obra actualmente tiene un 20% de avance y la ciudadanía está ansiosa en saber cuál será su acabado final. Junto a los locales de comida se construye la oficina administrativa, dos baños y una bodega.
Pero sin duda alguna, la propuesta más arriesgada del proyecto será convertir la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), en una réplica de la casa de José Joaquín de Olmedo.
La vivienda del poeta guayaquileño que es considerada un ícono turístico de la ciudad, está ubicada a 800 metros de la estación policial, en lo que antes era la hacienda La Virginia pero ahora le pertenece a El Salto.
Según el alcalde de Babahoyo, Johnny Terán Salcedo, el nuevo diseño del (UPC) contempla la construcción de los dormitorios en la planta alta y una pequeña cancha de vóley junto al parqueadero.
La idea fue ambientar el espacio recreativo para que el turista se interese en ir a conocer la casa original y la historia que en ella guarda, detalló el burgomaestre.
La regeneración que le cambiará la ‘cara’ a la parroquia El Salto, empieza desde su ingreso principal cerca al redondel del puente de hormigón. Es una extensión de tres mil metros cuadrados se construirá un parque con áreas verdes, máquinas de hacer ejercicio y una cafetería.
En el proyecto también consta la construcción de unas escalinatas a la orilla del río para anclar las canoas que aún ofrecen sus servicios a los habitantes del lugar.
Tres canchas para hacer deporte
El tramo de arena conocido la playita de El Salto, quedará intacto para futuros espectáculos artísticos que se realizan durante las festividades de Carnaval.
Solo en los laterales se construirán caminaderas de hormigón que conectarán con la regeneración de la subida al puente peatonal.
El diseño muestras un espacio adoquinado con áreas verdes e iluminación integral. En el último tramo habrá tres canchas, la primera de cemento para usos múltiples, la segunda con césped sintético y la última de arena para la práctica de vóley ball playero.
La obra que abarca un kilómetro en construcción, bordea el millón de dólares y pretende estar lista en mayo del 2018. Sin embargo, la Alcaldía ha ofrecido una primera entrega para las festividades de Carnaval.
El pueblo pide otras obras
Alejandro Espinoza, es el habitante más longevo de la parroquia que a sus 89 años, no esperaba ver como el sitio donde él fundó el primer equipo de fútbol de la parroquia, se convertirá en un complejo de canchas deportiva para sus habitantes.
El adulto mayor que de vez en cuando sale a caminar un rato, recordó que justo a orillas del río anclaba su canoa cuando llegaba de pescar. Pronto ese espacio servirá sede de eventos recreativos para todas las familias y don Alejandro un invitado especial.
Quienes viven frente al área en reconstrucción aún no se acostumbran a los cambios que obstaculizan la visibilidad hacia el puente peatonal. Por otra parte Antonio Vera, dijo estar agradecido porque al fin tomaron en cuenta a la parroquia pero a la vez también mencionó que primero tenían que hacer el alcantarillado.
El mismo pedido lo hizo Manuel Vargas, uno de los fundadores de la parroquia que no cuenta con un sitio representativo como un parque y un monumento.
Según el ciudadano hay obras prioritarias en el sector que debieron ser intervenidas hace mucho tiempo pero no descartan que en algún momento la situación cambie.