Un preso colombiano, deportado de Ecuador apenas unos días atrás, fue recapturado el miércoles 6 de agosto de 2025 en el Centro Histórico de Quito, pese a que se le había prohibido ingresar al país por un período de 40 años. La Policía Nacional lo detuvo durante un operativo migratorio al verificar que estaba en territorio ecuatoriano de manera irregular.

La deportación ocurrió el 26 de julio pasado en el puente internacional Rumichaca, cuando formó parte del primer grupo de reos expulsados desde cárceles ecuatorianas hacia Colombia, cruzando en condición de libertad administrativa y con restricción de retorno por décadas.

Según la Fiscalía, al menos uno de los deportados, aunque no está claro si se trata del mismo caso recapturado, tenía un juicio pendiente por narcotráfico. Ese hombre fue excarcelado mediante una orden administrativa bajo el régimen del “conflicto armado interno”.

El plan gubernamental contempla la deportación de alrededor de 1.000 presos colombianos, lo que según el ministro del Interior, John Reimberg, representa un ahorro anual estimado de 4 millones de dólares para Ecuador. Este esquema judicial ha generado controversia, ya que algunas expulsiones se realizaron sin sentencias firmes.

Críticas detrás de este operativo

Desde Bogotá, la Cancillería colombiana ha considerado el proceso "unilateral" e "inamistoso", señalando la ausencia de protocolos claros y coordinaciones con el país vecino, mientras la Fiscalía colombiana insiste en que solo seis de los deportados tenían antecedentes en Colombia.

Este caso evidencia una brecha en los controles fronterizos ecuatorianos, a pesar de que las autoridades habían asegurado reforzar la seguridad para evitar reingresos irregulares. Que alguien deportado apenas 11 días antes logre volver demuestra que el operativo aún tiene puntos débiles.

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