Quito busca regular el uso de scooters, monopatines y motos eléctricas con una nueva ordenanza metropolitana que propone medidas como el uso obligatorio de casco, matrícula, límites de velocidad y zonas de circulación. La iniciativa es promovida desde la curul del Movimiento Imparables y actualmente se encuentra en fase de socialización, previo a su ingreso al trámite formal en la Comisión de Movilidad del Concejo Metropolitano.

“No hay un marco normativo nacional, pero Quito tiene autonomía. La ciudad enfrenta una crisis de movilidad y esta ordenanza busca precautelar la seguridad vial”, le dijo a EXTRA el concejal Wilson Merino, miembro de la Comisión de Movilidad del Concejo Metropolitano de Quito.

Importancia de impulsar una nueva normativa en Quito

La actual legislación nacional no contempla sanciones específicas para infracciones cometidas con este tipo de vehículos. Esto ha generado vacíos legales, donde los scooters y motos eléctricas circulan sin mayores restricciones ni exigencias, lo cual suma otro desafío para la movilidad de la capital. 

En 2024, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) registró un aproximado de 21 siniestros relacionados con scooters y motos eléctricas, que dejaron 20 personas heridas. Sin embargo, no existe un control eficiente, ya que estos vehículos no ingresan al país como autos convencionales, sino como juguetes y, por tanto, no están sujetos a la Ley de Tránsito en las mismas condiciones que otros automotores.

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¿Cuál es la propuesta de esta ordenanza?

• Prohibir la circulación en veredas, pasos peatonales, parques, túneles, autopistas y carriles exclusivos como el Trole o la Ecovía.
• Permitir su uso únicamente en ciclovías, siempre que los scooters no superen una velocidad máxima de 25 km/h.
• Exigir matrícula, casco, luces, y otros elementos de seguridad obligatorios.
• Establecer sanciones económicas proporcionales al salario básico unificado, trabajo comunitario y cursos de educación vial para infractores.
• Crear un registro oficial de estos vehículos a cargo de la Secretaría de Movilidad, que también sería responsable de inspecciones aleatorias.
• Diferenciar entre scooters, monopatines, motos eléctricas y vehículos de apoyo para personas con discapacidad.

Falta de control y sanciones

El concejal destaca la necesidad de establecer reglas claras y diferenciadas para cada tipo de vehículo eléctrico personal, ya que no se puede tratar igual a un monopatín que a una moto eléctrica porque sus características mecánicas, niveles de potencia y riesgos asociados son muy distintos. Por eso plantea que la normativa debe especificar claramente qué es un scooter, qué es una moto eléctrica y qué requisitos se deben aplicar a cada uno.

Por ello, ejemplifica esta idea con cifras, un monopatín con motor de 250 watts, que no supera los 25 km/h, no debería regirse por las mismas exigencias que una moto eléctrica de 4 kW (4.000 watts), que puede pesar hasta 100 kilos y alcanzar velocidades superiores a los 30 km/h. 

Por lo que es necesario una regulación diferenciada y técnica, basada en datos objetivos, que permita establecer con precisión qué normas corresponden a cada tipo de vehículo, evitando generalizaciones que compliquen su control o que excluyan injustamente a vehículos de menor riesgo.

Regulación urgente de motos eléctricas en Quito

El auge de estos vehículos ha sido acelerado, solo en 2024 se importó un estimado de más de 50.000 scooters y motos eléctricas, según datos del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador. Su popularidad se debe a su bajo costo, facilidad de traslado y velocidades considerables. Pero su uso desregulado genera riesgos.

Aunque aún no se presenta formalmente en el Concejo, la propuesta se encuentra en un proceso de construcción participativa. El objetivo es consolidar consensos antes de que sea discutida en la Comisión de Movilidad, de la que el concejal forma parte.

El proyecto sería la tercera iniciativa en seguridad vial impulsada por el Movimiento Imparables, tras la aprobación de una ordenanza de seguridad vial general y otra que promueve la colaboración ciudadana para reportar riesgos a través de fotos y videos.

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