Con muletas, cabestrillo y altas cuentas por pagar por atención médica, los miembros de una familia intentan retomar la normalidad en sus vidas luego de ser atropellados por un auto Toyota Corolla de color gris.

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Ocurrió pasadas las 17:00 del domingo 25 de febrero y el hecho se conoció días después en redes sociales. Allí se puede ver cómo los seis parientes son embestidos por el vehículo mientras ellos caminaban por el parterre de la avenida Jaime Roldós Aguilera y Francisco Sánchez, en Carcelén, norte de Quito. “Estamos indignados. Nuestra prima de ocho años sigue en el hospital. Fue la más afectada”, dijo Anthony Castillo.

Los primos se dirigían a su casa luego de jugar un partido de básquet en la cancha del barrio. “Solo sentimos el impacto. Yo rodé las gradas. Los demás ‘volaron’ varios metros”, contó el hombre.

Según los afectados, cuando se bajó el conductor ellos se dieron cuenta de que tenía aliento a alcohol. “Uno de mis primos, de la indignación, lo golpeó y la policía lo resguardó”, afirmó Anthony.

Víctor Ortiz, otro de los afectados, tiene una quemadura de segundo grado en un glúteo, porque quedó debajo del automotor. “Me duelen mucho los golpes y no puedo caminar bien”.

Andresa, de ocho años, tiene el hígado ensangrentado y varios golpes en la cabeza, por lo que sigue hospitalizada. Dos menores más volvieron a clases ayer, aún con golpes.

Aunque fue un milagro que ninguno perdiera la vida, este no es el primer accidente de tránsito que ocurre en ese sitio. Allí ya murieron dos personas.

Hortensia Merino, una moradora de la zona, contó que su suegro falleció hace 22 años en las mismas circunstancias que esta familia. “Estaba sobre el parterre, lo atropellaron y murió a los pocos días. Desde ahí tenemos este problema en la vía”, indicó.

Y hace cinco años, el sastre del barrio también fue víctima de un conductor que se ‘trepó’ a la parte peatonal. Eso no es todo, pues en ese cruce han muerto decenas de mascotas, porque “en general (los vehículos) circulan con exceso de velocidad”, manifestó Mery Suárez, otra vecina.

La solución para todos es que se coloque un rompevelocidades o un semáforo para disminuir la siniestralidad.

La Agencia Metropolitana de Tránsito confirmó a EXTRA que el conductor dio positivo a la prueba de alcohotest. Negó, además, que los agentes hayan hecho esa prueba a los afectados. 

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La AMT no se hizo responsable de que el implicado no haya quedado detenido, pues la entidad, luego de tomar procedimiento, lo entrega a las autoridades y es un juez quien determina la prisión preventiva, según precisó.  “Salió enseguida, porque lo vieron por las clínicas a donde nos llevaron para atendernos”, reclamó Anthony.

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