Pablo Lasluisa miraba con ojos todavía soñolientos las manos engrasadas de su madre, Ana Albán. Ella ajustaba con un playo la rueda de un coche de madera y en ese escenario inició la edición 43 de la tradicional competencia, en el sector de las Casas.

Desde las 07:00 de la mañana, competidores y padres de familia llegaron al punto de partida, en las calles Ignacio Quezada y Fray Bartolomé de las Casas. En la parrilla de salida, allegados de los participantes afinaban los últimos toques en los carritos: revisión de llantas, frenos, grasa en los rulimanes, entre otros. Los niños, por su parte, se ajustaban las rodilleras y el casco.

Dos horas más tarde, empezó la competencia, el alcalde Mauricio Rodas dio la señal de partida y pronto aparecieron los primeros accidentes. Uno de los conductores se volcó a pocos metros de la llegada. El coche aplastó a su ocupante Jostin, quien quedó debajo del vehículo. Supervisores acudieron en su ayuda, afortunadamente no fue más que un susto y enseguida volvió al volante.

En la siguiente manga de competición, la anécdota de una madre alegró la jornada. Ella corría tras su hija soltando gritos de desesperación. Al momento de alcanzar el coche de su niña, se agarró de la chompa y estuvo apunto de hacerla chocar contra el público. Los espectadores, muchos de ellos aun en pijama, se apostaron en la vereda para disfrutar del despliegue del automovilismo. La primera válida tuvo ochos circuitos, la próxima válida será en la calle Río de Janeiro a las 19:00.