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Quito: Las piletas se convirtieron en focos de insalubridad e inseguridad ¿Qué pasó?
A pesar de que el Cabildo dice que sí hace mantenimiento, vecinos y turistas se encuentran con indigentes, basura y desperdicios humanos. ¡De terror!
En la mayoría de las fuentes de la capital hay de todo, menos agua. Lo que debería ser parte del paisaje urbano e incluso de la historia quiteña es hoy un foco de insalubridad e inseguridad. EXTRA realizó un recorrido por algunas de estas piletas para comprobar su estado. El primer punto: San Blas, la entrada al Centro Histórico.
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Allí, en 2016, se construyó un conjunto de cascadas iluminadas que armonizaban con un muro vegetal y un festival de luces que convocó a miles de personas. De eso, hoy no queda nada. “Antes esto era bonito para sacarse fotos. Hasta se podía venir con niños, pero ahora hasta huele feo”, dijo María Sanguña, quien quiso aprovechar su visita a la zona por unos trámites y se encontró con todo sucio. Las luces ya no existen y los rincones se han convertido en baños públicos.
Están en zonas turísticas
En el casco colonial, la situación no mejora. A la pileta de la plaza de San Francisco es mejor no acercarse, pues el olor a heces y orina humanas es insoportable. Aun así, dos mujeres permanecen sentadas allí por un buen rato, hasta que dos personas en situación de calle se aproximan. “Qué pena que tengan esto así. Uno no puede acercarse ni para una foto”, comentó Rosalía Vásquez, una visitante de Azogues.
En la plaza Grande, las piletas al menos no apestan, pero tampoco funcionan y se han convertido en nidos de palomas, que dejan las piedras llenas de excremento. “Este es un sitio turístico. Está cerca del Municipio y de la Presidencia, pero no lo cuidan. Estas piletas dan mal aspecto”, espetó Lenin Bedoya, quien aún disfruta de pasear por el Centro Histórico.
La fuente de La Victoria, también en el centro, se ha convertido en un botadero de basura para los vecinos. Allí arrojan fundas con desechos y los borrachitos dejan sus botellas en las orillas. “De vez en cuando sí vienen con los chorros de agua a limpiar; por eso, al menos no se acumula”, comentó una moradora. Lo mismo se evidenció en el sur en barrios como La Magdalena y en La Villaflora.

¿Qué se puede hacer?
Desde la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) informaron que se ha planificado el mantenimiento de 84 piletas en la ciudad. “Los trabajos en las piletas incluyen rehabilitación, limpieza de cisternas, bandejas, perímetros, así como mantenimiento correctivo y preventivo de sistemas eléctricos e hidroneumáticos, entre otros”, señala un comunicado. Sin embargo, no hubo respuesta a la pregunta de por qué no están activas las piletas.
La edil Analía Ledesma, por su parte, ha propuesto una resolución para declarar a las pilas y fuentes como parte del patrimonio paisajístico e histórico de la urbe.
Uno de los ejes fundamentales de la resolución es encargar a la Secretaría General de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana que, en un plazo de 30 días, elabore un catastro de estas estructuras, tanto en zonas urbanas como rurales. “Este registro será clave para la planificación de políticas de conservación, educación patrimonial y promoción cultural”, sostuvo.
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