Las imágenes de un ciudadano comparado con el actor de Hollywood Tom Cruise, por su arriesgada acción al saltar y aferrarse al vehículo de los delincuentes que le acababan de robar, han quedado inmortalizadas en las redes sociales.

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El hecho se registró a las 11:00 del martes 23 de agosto de 2023 y hubo testigos que contaron su versión del suceso, con algunos detalles bastante apegados a la realidad. Sin embargo, detrás de esas declaraciones y del video viral, hay más información.

Diario EXTRA dialogó con el protagonista de esta historia, quien bajo el anonimato -por motivos de seguridad- revela todos los detalles de lo acontecido y resume en una palabra el motivo que lo llevó a actuar de esa manera: indignación.

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Pedro (identidad protegida), quien tiene 30 años y es ingeniero comercial, cuenta que el día de los hechos caminaba en compañía de un primo por la avenida Diego de Almagro, en el norte de Quito, cuando se le acercó un sujeto y los sorprendió con una pregunta: “Que si conocíamos a la hija de un capo que habían asesinado. Le dije que no conocía a nadie, que nos dejara tranquilos, que estábamos de afán”, recuerda el afectado.

Luego, caminaron pocos metros y fueron abordados por otro individuo. Así, terminaron con un tipo de un lado y el anterior del otro. La víctima relata que en ese momento trataron de caminar en otra dirección, pero apareció un tercer compinche, quien les bloqueó el paso.

De ahí, los delincuentes habrían empezado a realizar una especie de interrogatorio para intimidar a los perjudicados. “Nos preguntaban si conocíamos a determinadas personas, les decíamos que no. De ahí, nos quitaron los teléfonos a ver si teníamos ese supuesto contacto, de un tal Pocho, pero nosotros no teníamos a nadie así en nuestros contactos”, añade.

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En consecuencia, al ver que Pedro y su primo no caían en el juego de los delincuentes, estos cambiaron el discurso y de inmediato habrían amenazado con balearlos si no accedían a sus pedidos.

Después de eso, los hampones les habrían pedido sus tarjetas, las claves y la cantidad que cada uno tenía en sus cuentas, pero inicialmente no accedieron. No obstante, al ver que podían cumplir con sus intimidaciones, tuvieron que entregar sus documentos bancarios y las contraseñas, sostiene el denominado Tom Cruise ecuatoriano.

El siguiente paso de los pillos habría sido acorralar al primo de Pedro, mientras él era llevado a un cajero automático, para constatar que los datos proporcionados eran reales. De cerca los vigilaba un cuarto delincuente, quien esperaba en un automóvil.

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Pedro explica que al alejarse a pie, junto al pillo, a su lado pasó un transeúnte y le susurró que llamara a la policía. No obstante, esta persona no tomó en cuenta su pedido.

“No era necesario que él se metiera en el problema, simplemente debía llamar a la policía o acercarse a un guardia y decir: ‘Mire, le está pasando algo al chico’, pero no. Lo único que hizo fue un gesto con las manos, con un ademán de esto no es mi problema y se fue”, rememora.

Esa situación afectó el ánimo del perjudicado. “Creo que más me indignó eso que el hecho que nos estuvieran robando. Ya ahí perdí los estribos, porque el señor no nos quiso ayudar. Entonces, me abalancé sobre él y le propiné unos cuantos puñetes, unas cuantas patadas...”, agrega.

De ahí, se le habría lanzado otro individuo, a quien también le dio su ‘porción’ de golpes y eso los llevó a alejarse y correr hacia el vehículo que los esperaba, pero Pedro no quería que las cosas quedaran ahí y fue detrás de ellos.

“Antes de que me trepara les comencé a golpear el capó. De ahí me tiraron el carro encima. Eso pasó en mi intento de hacer que la gente que estaba ahí entrara (en la acción) y los sacara (del auto), pero nadie hizo nada. Nadie me ayudó, como no era problema de ellos tampoco”, menciona.

Pedro señala que cuando estaba sobre el vehículo, hubo un tramo en que el conductor zigzagueó el carro, para que cayera, pero él se agarró de la antena y fue a esta que se aferró para no caer, al menos en un principio.

El copiloto, en cambio, habría salido por la ventana para atacarlo, pero no lo consiguió, mientras que la víctima -de acuerdo a su relato- sí pudo ‘coronarlo’ nuevamente, pero pocos metros más adelante cayó, tras una frenada brusca por parte del conductor. Así lograron escapar.

Finalmente, algunas personas acercaron a Pedro e incluso le comentaron que habían visto su accionar. No obstante, él señala que eso de nada le sirvió, porque lo que debieron hacer fue ayudarlo o, por lo menos, llamar al 911.

Ahora, él busca salir del país, porque teme que le pase algo si sigue en el Ecuador. Él revela que en cuatro meses, a causa de las extorsiones, un tío y un primo han sido asesinados.

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