En el cuarto día del paro nacional, los cierres se mantuvieron tanto en San Miguel del Común, comuna del norte de Quito, como en los cantones aledaños a la capital.

La Panamericana norte fue bloqueada con troncos, ramas y cargas de tierra.

Aunque no hubo enfrentamientos ni agresiones, los moradores de esta comuna sí amenazaron con “romper la vía si el presidente de la República no atendía las peticiones”.

En la zona se registró un accidente de tránsito: un automóvil se estrelló contra los montículos de tierra. La Policía Nacional informó que gracias a ello pudieron convencerlos de abrir la carretera, al menos parcialmente.

Se hicieron ‘panas’

Ya en Cayambe, en el sector de Santa Rosa de Cusubamba, se realizaron dos cierres estratégicos en las calzadas que conducen hacia Calderón y hacia el aeropuerto Mariscal Sucre, ubicado en Tababela.

Allí, los comuneros comentaron que durante el día se esperaba que llegaran al menos 500 habitantes de 58 comunidades rurales del cantón para apoyar con las medidas de hecho. “Si el presidente dialoga y nos escucha también, nos vamos a trabajar”, dijo uno de los protestantes.

Sin embargo, no todo fue malo allí, pues Jonathan Vásquez aprovechó para llevar su carrito de granizados hacia Cusubamba para venderlos.

“Los manifestantes tienen sed por el sol y eso me ayuda”, dijo entre risas.

Esto no ocurrió con dos viajeras quiteñas que caminaron desde Ibarra por casi 25 horas seguidas. “Nos han traído también en moto, pero en uno de los cierres les poncharon las llantas”, comentó Sofía Espinel.

Ella conoció a Carmen Comina mientras buscaba llegar a Quito. Ahora son amigas.