En abril de este año, Mayra Giler y su hija Judith Castañeda salieron de casa, en Durán, Guayas, para cumplir un sueño que tenían en común: radicarse en los Estados Unidos. Sin embargo, cuatro meses después de pasar de un camión a otro y de una bodega a otra, la progenitora murió en el desierto de Arizona, en territorio 'gringo'.

El deceso ocurrió el 10 de agosto. Aquel día, su hija corrió a buscar ayuda, pero su madre ya no tenía signos vitales. La joven, quien había cumplido su mayoría de edad durante la travesía, fue arrestada y llevada a un Centro de de Detención para Migrantes.

Este 12 de diciembre, a las 05:15, los restos de la migrante fallecida llegaron al que fue su hogar. En el sitio sería velada hasta horas de la tarde. Su sepelio se realizaría en el camposanto Jardines de Durán, sitio en que Mayra había adquirido una bóveda, hace dos años.

Judith, la hija con quien viajaba, no estará en el acto fúnebre. Ella fue liberada después de un mes y deportada a México, pero no tenía cómo regresar, contaron sus allegados, por falta de recursos. Por eso, consiguió un trabajo y subsiste por su cuenta en aquel país.

Coyoteros

Para salir del país con la promesa de llegar a los Estados Unidos, Mayra y Judith pagaron 15 mil dólares cada una. Es decir, $ 30 mil. Ese dinero fue completado con la venta de unas propiedades.