Una muerte direccionada. Esa es la hipótesis que hasta ayer 8 de abril manejaban las autoridades de Samborondón, en Guayas, sobre los asesinatos de Temístocles Alcibíades Morán Rugel y Franklin Israel Castillo Martillo.

Ambos fueron acribillados en el portal de una vivienda de planta baja en el recinto Río Seco, a 10 minutos de la cabecera cantonal. El hecho se registró el 7 de abril, mientras los dos conversaban.

Los hombres, de 54 y 21 años respectivamente, estaban acompañados de otras dos personas. El grupo de amigos fue sorprendido por desconocidos que les descargaron una decena de disparos, sin darles tiempo a nada.

“Estábamos jugando naipe cuando escuchamos la ráfaga de balas en la vivienda del vecino. Los cinco que estábamos jugando nos lanzamos al piso porque los sicarios disparaban como locos”, detalló Daniel, habitante de Río Seco.

Otra moradora señaló que los asesinos presuntamente usaron un fusil y varias pistolas para el ataque. “Estamos muy asustados. Pedimos a la policía más patrullajes porque, al parecer, a estos hombres los andaban siguiendo desde temprano”.

Una fuente policial reveló que ni los fallecidos ni los heridos registran antecedentes penales, por lo que hasta la tarde de este lunes seguían varias pericias para determinar a qué se dedicaban las víctimas y dónde residían exactamente.

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