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Esta es uno de los escenarios contados por una ciudadana, en donde no la aceptaron como novia.Grok IA

San Valentín: Curiosas anécdotas de amigos que se atrevieron a confesar su amor

Un dulcecito o una camiseta de fútbol son algunos detalles que pueden desencadenar una serie de eventos inesperados en San Valentín

¡Qué romántico es el 14 de febrero! Al menos para algunos, porque mientras unos celebran con flores, chocolates, arreglos personalizados y hasta vibradores sexuales, otros aprovechan la ocasión para dar el gran salto: de amigos a ‘algo más’.

(Lea también: San Valentín: ¿se tramitan divorcios en el día del amor y la amistad?)

¿Les fue bien? ¿Salieron con el corazón roto? ¿O terminaron enredados en un drama digno de novela? Todo puede pasar en el amor, pues un ‘regalito inocente’ del Día del Amor y la Amistad puede terminar cambiando el rumbo de las relaciones amistosas.

Tres experiencias, contadas por guayaquileños, ejemplifican que en San Valentín, el amor hay que pensárselo dos veces. 

Historia 1: El amante que aprendió la lección 

En un San Valentín que prometía ser inolvidable, pero no por las razones esperadas, un joven se encontró en una situación de lo más enredada. Había aceptado ser el ‘cacho’ (amante) de su exnovia después de verla besarse con un amigo en Navidad.

El plan era una reunión en la casa de ella, con la excusa del carnaval y el 14 de febrero, junto a su primo y unos amigos. El joven, ilusionado, llegó con un regalo: una cajita bien bonita que le costó 35 ‘latas’. “No sé ni de dónde saqué la plata porque en ese entonces no trabajaba”, confesó.

Escena en la que la madre de la ex del joven cuestiona el acto de ser el amante.Grok IA

La tarde se alargó con risas y tragos, pero algo estaba fuera de lugar. La ex parecía nerviosa, pendiente de la llegada de su primo. “Desde temprano noté que ella estaba rara”, recordó.

La noche avanzaba y, en un giro inesperado, la mamá de la chica le soltó la verdad: “Mijo, ¿usted por qué aceptó todo eso?”. El caos se desató cuando el novio oficial llegó. El ‘ilusionado’ tuvo que esconderse en el baño. “No sé qué pasó en esos minutos de tensión, pero en un giro inesperado, ella terminó botándolo de su casa”.

Después de una noche de ‘biela’, anilina y piscina, el joven se fue a casa, y su primo se quedó “un rato más”. Sin embargo, el golpe llegó rápido: el siguiente sábado, ella canceló un encuentro con la excusa de “otros planes”. No tardó en descubrir la verdad.

Una historia en Instagram mostraba a su primo ‘chupando’ con alguien, y no necesitó más para reconocer esos “dedos feos” que tanto conocía. En efecto, “por buenas fuentes”, se enteró de que su ex había pasado la noche del 14 de febrero con su primo.

Desde ese día, el joven tomó tres decisiones firmes: “No volver a celebrar San Valentín, no ser nunca más el ‘cacho’ de nadie y no aceptar migajas de amor”.

Historia 2: El ‘camisetazo’ rechazado: “Me gusta otra”

San Valentín de 2019 fue el día en que una joven reunió todo su valor para declararle su amor a su mejor amigo. Para demostrarle su afecto, le compró la camiseta original de su equipo de fútbol favorito.

El encuentro estaba cargado de expectativas. Cuando se vieron, ella le entregó el obsequio y, con el corazón latiendo a mil, le confesó sus sentimientos. “Me gustas”, le dijo, esperando que él correspondiera a su amor.

La mujer no obtuvo una respuesta favorable de su mejor amigo.Grok IA

Pero la respuesta fue un balde de agua fría: tras unos segundos de silencio, él le ‘descargó’: “Lo siento, pero me gusta otra chica”.

Sin palabras, regresó a casa con el corazón roto y con los bolsillos vacíos. San Valentín quedó grabado en su memoria, pero no por las razones que habría querido.

Historia 3: Un brownie con sabor a amor

Para Arianna Preciado, el amor llegó de la forma más dulce posible: a través de un brownie. Hoy está en una relación feliz con su novio, pero todo comenzó cuando solo eran ‘panas’, pues dice que “él no quería nada serio”.

Como emprendedora en pastelería, tuvo una idea: el 14 de febrero le preparó un brownie y se lo regaló sin expectativas, sin presiones.

“Yo dije: ‘Se lo doy, pero aquí no estamos pidiendo nada. Si quiere, bien; si no, también’”.

El brownie de Arianna fue suficiente para conquistar a su amigo.Grok IA

Para su sorpresa, el gesto marcó un antes y un después. Algo cambió en él. Poco a poco, la indiferencia dio paso al interés, hasta que un día, sin darse cuenta, ya estaban juntos.

“Siempre he dicho que mis brownies son una pedida de amor. Quien los regala termina logrando algo bueno”, afirma años después, feliz y a un paso del compromiso, sabiendo que tienen razón quienes dicen que el amor entra por el estómago.

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