Dos jóvenes mujeres dejaron el miedo a un lado para abalanzarse sobre el cadáver de Junior Gracia, quien tenía 25 años. Entre gritos, las chicas suplicaban por ayuda luego de que la víctima fuera brutalmente asesinada dentro de la casa en la que estaba.

Sucedió antes de las 22:00 del 2 de diciembre, en el barrio 15 de Marzo, ubicado en la zona sur de la ciudad de Esmeraldas, cercano a la terminal terrestre. Según las pericias, Gracia se encontraba dentro del domicilio junto a su familia.

Repentinamente, dos sujetos ingresaron violentamente hasta donde estaba el ahora occiso, a quien la gente le decía Pinky. Ambos sacaron sus armas de fuego y, sin piedad, le descargaron los plomazos.

Perforado el corazón

Luego del ataque, los sicarios salieron corriendo del inmueble, dejando atrás a la víctima. La madre del fallecido vio que los dos se movilizaban en una motocicleta, la que prendieron y huyeron.

Las personas que acompañaban a Pinky fueron a verlo. Había quedado tendido bocarriba sobre una cama.

En medio del llanto llamaron al número de emergencias, desde donde se reportó el caso a los agentes del circuito policial Colectiva. Al tiempo, también se enviaba una ambulancia para que los paramédicos intentaran salvarle la vida a Gracia.

Estos últimos llegaron y solo se toparon con que Pinky ya no tenía signos vitales. Al revisar el cadáver se percataron que tenía varios impactos de bala. Uno de los proyectiles le perforó su corazón.

Entretanto, los uniformados entrevistaban a los allegados del fallecido. Se presume que fue un ajuste de cuentas, ya que Gracia tenía antecedentes penales por delitos como tenencia de armas.

También fue indagado por el asesinato de un joven, cerca de un balneario de Esmeraldas. Ocurrió aproximadamente dos años y se lo acusaba de ser el gatillero que baleó a la víctima.

Sin embargo, se descartó su participación en aquel crimen porque no se hallaron pruebas que lo vincularan. Todos estos hechos se tomarán en cuenta para investigar la muerte de Pinky.