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Tosferina y fiebre amarilla: Aprende a diferenciarlas a tiempo
La tosferina y la fiebre amarilla son enfermedades infecciosas que, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden causar complicaciones graves. Aunque comparten algunos síntomas iniciales, son afecciones diferentes, con causas, modos de transmisión y tratamientos específicos. Identificarlas tempranamente es fundamental, sobre todo en niños y en personas que viven o viajan a zonas tropicales.
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Tosferina: cómo reconocerla y prevenirla
La tosferina, o pertussis, es una infección respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta con mayor frecuencia a niños pequeños, pero también puede presentarse en adolescentes y adultos no vacunados.

La enfermedad evoluciona en tres fases:
- Fase catarral (inicial): congestión nasal, tos leve, fiebre baja y malestar general.
- Fase paroxística: tos intensa y persistente, con accesos que pueden causar vómitos, dificultad para respirar y un característico silbido al inhalar.
- Fase de recuperación: la tos disminuye progresivamente, aunque puede extenderse por varias semanas.
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador recomienda las siguientes medidas para prevenir el contagio:
- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o usar desinfectante a base de alcohol.
- Usar mascarilla en caso de síntomas respiratorios.
- Evitar la automedicación.
- Acudir al centro de salud más cercano ante la aparición de síntomas.
- Completar el esquema de vacunación regular, disponible en los centros de salud públicos.
- Fiebre amarilla: síntomas y prevención
- La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos infectados, especialmente el Aedes aegypti. Es común en zonas tropicales y selváticas del Ecuador.

Los síntomas aparecen entre 3 y 6 días después de la picadura y pueden incluir:
- Fiebre alta repentina
- Dolor muscular, sobre todo en la espalda
- Dolor de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Ictericia (coloración amarilla en piel y ojos)
- En casos graves: hemorragias e insuficiencia hepática o renal
Es importante destacar que la fiebre amarilla no se transmite de persona a persona. La vacuna es la herramienta más eficaz para prevenir la enfermedad, y una sola dosis brinda protección de por vida.
¿Quiénes deben vacunarse contra la fiebre amarilla?
Según el Ministerio de Salud, deben vacunarse:
- Niños de 12 a 23 meses, como parte del esquema regular.
- Personas de 2 a 59 años que residen en las provincias amazónicas (Sucumbíos, Orellana, Napo, Morona Santiago, Pastaza y Zamora Chinchipe) y no tengan un registro verificable de vacunación.
- Personas que viajen por turismo o trabajo a zonas de riesgo dentro del país o a países que exigen el Certificado Internacional de Vacunación contra la fiebre amarilla, como Brasil, Costa Rica, Egipto y varios países africanos (y próximamente Colombia y Perú).