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Una tregua para sobrevivir en prisión

El grupo narcocriminal Los Lagartos fue retirado de la ‘Peni’, en Guayaquil. Sus integrantes quedaron ‘limpios’ y ahora están en el CDP.

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El pasado 5 de septiembre se realizó el traslado de Los Lagartos, con fuerte resguardo policial.Cortesía

La disputa por el control de las cárceles guayaquileñas, entre las agrupaciones narcodelictivas Los Lagartos y Los Choneros, tuvo un giro inesperado e histórico el pasado 5 de septiembre: uno de estos bandos cedió el pabellón que tenía bajo su mando y abandonó también sus armas.

Esto podría considerarse un ‘milagro’ producido a raíz de la pandemia por el coronavirus, porque Los Lagartos se quedaron sin ‘cabeza’, refiere César Peña Morán, fiscal multicompetente de Guayas.

El principal líder de esa organización, Geovanny Francisco Mantilla Ceballos, alias Gorras, falleció a causa de COVID-19 el 29 de junio y desde ese momento no se ha conocido de alguien que tomara su lugar, acota el funcionario.

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Existirían algunos subalternos que buscan la manera de obtener el control total de Los Lagartos, pero sería esa misma situación la que los habría debilitado.

Sin embargo, el operador de justicia no descarta que la decisión tomada fuera una estrategia para consolidarse nuevamente, sin tener que preocuparse de sus rivales: Los Choneros.

El pasado 3 de agosto, once personas privadas de libertad (PPL) perecieron en un enfrentamiento entre estas bandas, cuando Los Choneros buscaban apoderarse del pabellón 5, cuyo control estaba en manos de Los Lagartos.

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La mayor cantidad de muertos fue de esta última agrupación. También hubo víctimas colaterales, pero ningún chonero murió.

Ocho días después, el gobierno decretó un estado de excepción en las cárceles, al igual que lo hizo el 16 mayo de 2019. En esa ocasión, a pesar de la medida, se registraron 14 muertes violentas hasta el 22 de julio.

Esta vez, las cosas tomaron un rumbo diferente: por temor a ser eliminados o para reforzarse, como sospecha el fiscal Peña, Los Lagartos llegaron a un acuerdo parar entregar sus armas y dejar libre el pabellón 5, sin ningún tipo de resistencia. ¿La condición? Ser llevados a un lugar seguro. Y así ocurrió: todos fueron trasladados al Centro de Detención Provisional (CDP).

Este lugar no tiene conexión directa con los pabellones de la ‘Peni’ (ver infografía). Para llegar a Los Lagartos, Los Choneros tendrían que, primero, lograr salir de sus pabellones. Luego, encontrar la forma de cruzar los filtros que los sacarían del área de la antigua penitenciaría.

Y, a pesar de eso, aún no llegarían al CDP, pues en medio existen pabellones destinados a policlínicos, celdas transitorias y el área administrativa. Cada área cuenta con filtros y grupos de la Policía armados, en las zonas internas. En el exterior, en cambio, están los militares, debido al estado de excepción.

No todos cumplieron

Una de las condiciones del traslado era que Los Lagartos entregaran sus armas. En parte, lo hicieron, pues dieron 450 armas cortopunzantes, pero los agentes policiales descubrieron que, mientras eran movilizados, ocultaban otras 162, además de cinco armas de fuego, entre esas una subametralladora mini Uzi y otros objetos prohibidos.

Voluntariamente, la mayoría de integrantes de esta agrupación entregó sus armas. Y los que no, también se quedaron sin ellas, tras una requisa.

Esto se detalla en un informe de Unidad de Contingencia Penitenciaria que, en coordinación con la Dirección General de Inteligencia, aprehendió a 20 sospechosos de portar esas evidencias, que fueron inspeccionadas de manera preliminar por el teniente Alejandro Tamayo, del departamento de Criminalística.

El fiscal César Peña precisa que el armamento será sometido a pericias balísticas, para establecer si fueron utilizadas en muertes violentas, dentro o fuera de las cárceles.

Otros movimientos

Una fuente que participó en la operación de traslados reveló a EXTRA que antes de mover a Los Lagartos hacia el CDP fue necesario hacerles espacio, porque en el lugar estaban PPL por otros delitos.

Estas personas fueron distribuidas en los pabellones de la ‘Peni’, donde también retiraron a otros reos, quienes fueron llevados al Centro de Privación de Libertad Zonal 8, Regional Guayas, ubicado a medio kilómetro y considerado el más seguro del país.

En total, fueron desplazados 3.237 internos, de acuerdo a información oficial del Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI).

Reagrupación

Para Daniel Pontón, analista en temas de seguridad y decano de la Escuela de Seguridad y Defensa, del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), la reagrupación en las cárceles puede ser “lo contrario a lo que uno piensa”.

“No es la solución del problema, viene a ser una especie de catapultador del crimen organizado”, sostiene. Esto es porque los reos encuentran una fábrica donde planear sus delitos, añade.

Una vez que fallece alias Gorras, quedan sus subalternos. Ellos pelean aún el puesto de líder, pero la lucha entre Choneros y Lagartos sigue”.César Peña Morán, fiscal de Guayas.

Peña tiene una apreciación similar, aunque estima que también podría ser una estrategia para poder controlarlos, aunque recuerda que en pleno carnaval de 2013, tras la reubicación de reos considerados peligrosos en la entonces cárcel de máxima seguridad, La Roca, se registró una fuga masiva.

El 11 de febrero de ese año, 19 choneros escaparon, pero fueron recapturados. El último en ser localizado, en noviembre de 2013, fue su líder Jorge Luis Zambrano González, alias JL o Rasquiña. Él se ocultaba en Colombia. Actualmente está libre.