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Una fila de unos 250 carros para llegar a Colombia

Ariana Almeida Martínez, Quito
Un kilómetro antes de llegar al puente de Rumichaca, en la frontera entre Colombia y Ecuador inicia la fila de autos. Los vendedores de cevichochos, dulces y bebidas invaden la hilera que divide los dos carriles y aprovechan el cansancio de los conductores y sus familias para asegurar su venta. Aún es temprano, pero unos 250 carros permanecen en el cuello de botella por más de 20 minutos.
El objetivo del viaje no siempre es el mismo. Margarita Carrillo tomó la carretera para hacer las compras de la casa. "Los productos de limpieza son económicos en Ipiales. Algunos alimentos también como aceite, café y granos", detalló la madre de familia.
Ella recorre la ruta una vez al mes. Invierte 30 dólares en el tanque de gasolina y 20 más en la comida, pero "es un gasto mínimo comparado con los 120 dólares que ahorró al mes en los artículos para el hogar", añadió.
En la fila, la espera se vuelve "entrena", especialmente para los 'apurados' que invaden la cuneta, generando un tercer carril y luego "deben responder a las autoridades", precisó Víctor Andrade, un capitalino, que atraviesa la frontera en busca de repuestos baratos para su vehículo.
Pero en las últimas semanas el tráfico se ha intensificado por los compradores que buscan buenos precios en los útiles escolares.
"Ya mismo inician las clases y por eso es que hay bastantes autos. Generalmente no es así. Ya que estemos allá veremos los precios para traer algunos cuadernos para los nietos", añadió Carrillo, mientras espera en la fila para atravesar hacia la "tierra de los descuentos", concluyó.