Las artes culinarias fueron vistas desde sus inicios como un campo en el que solo los hombres podían dirigir, mientras que las mujeres tenían el papel de ayudantes. Pese a que, en la actualidad, ellas han ganado reconocimientos gastronómicos, el machismo entre los fogones se mantiene vivo. EXTRA habló con tres chefs para conocer cuáles fueron los retos que tuvieron que superar para trabajar en las cocinas.

Para Mafer Cepeda, chef guayaquileña y dueña del restaurante El Jardín, la innovación en la cocina es lo que más le apasiona. Hace 15 años se graduó de licenciada en gastronomía en la Universidad Estatal de Guayaquil. Sin embargo, alcanzar su título fue una carrera maratónica entre situaciones que, por momentos, la hicieron sentir con menor capacidad que la de un hombre.  

"Mi familia es matriarca, siempre la persona que tuvimos como referencia fue mi mamá. Ese carácter que me forjó hizo que no me puedan ver la cara y que no se quieran aprovechar", expresa. 

La gastrónoma recuerda que a las mujeres en los restaurantes las ocupaban en la sección de cocina fría debido a que se necesitaba un trabajo más manual que técnico y de sabor, "también con la pastelería porque eres mujer, pero no te lo decían. Yo me daba cuenta". 

Cepeda trabajó en dos restaurantes importantes del país, cuenta que en sus inicios quienes eran los jefes de cocinas eran hombres. "La cocina caliente es un trabajo agotador porque debes pasar hasta 14 horas parada, no le daban prioridad a la mujer porque decían que estaban con el periodo", confiesa. 

Angela Manzano, chef y profesora de La Escuela de los Chefs, coincide con Mafer en que a los hombres se les da preferencia a la hora de darles el control de un restaurante: "La cocina si es para la mujer debe ser en la casa, si ya es algo profesional es algo diferente, en general, somos un poquito excluidas piensan que no podemos hacer ciertas cosas". 

Sobre si en los últimos años el porcentaje de mujeres que estudian la carrera ha incrementado, Manzano asegura que ha aumentado. Según Luis Cedeño, director provincial de la Asociación de Chefs del Ecuador, menciona que anualmente cerca de mil cocineras se gradúan: "Algunas lo hacen para ponerse sus emprendimientos, otras por hobbies (pasatiempo), otras por trabajar en hoteles y restaurantes".

Con 20 años de experiencia en la gastronomía y siendo docente, Jenny Armendaris, directora de la escuela CapChef, dice que si bien es cierto que el trabajo pesado y extenuante en las grandes cocinas suelen ser preferidos por los hombres, las mujeres también tienen las capacidades para realizarlo.

Sobre las dificultades que ha atravesado en las cocinas, Armendaris confiesa que por ser mujer muchos de sus colegas han querido aprovecharse de sus conocimientos y méritos, así también, como han puesto en duda sus habilidades. 

CHEFS MUJERES IMPORTANTES EN ECUADOR (DATOS Asociación de Chefs del Ecuador)