Buena Vida
Sus letras son como ‘pegarse’ 25 viagras
Guillermo Dávila se metió en ‘tremendo pito’ por el erotismo de la melodía, la compara con los nuevos ritmos urbanos.

El artista venezolano estuvo en el país en marzo pasado.
Recuerda clarito el tribunal, en Venezuela, rodeado de policías y periodistas. Guillermo Dávila se acomoda en una silla de Diario EXTRA para trasladarse a 1999, cuando se lanzó su tema ‘Sin pensarlo dos veces’.
Ríe y confiesa que se “declaró culpable” de cantar ese tema, que en ese año provocó uno de los escándalos musicales más sonados de su tierra natal, por su contenido erótico.
Su mente regresa en el tiempo y las paredes del salón retumban con su voz: “Sin pensarlo dos veces me abrazó y me besó. Sin pensarlo dos veces nos violamos de amor”.
Vuelve a sonreír y confiesa que eran ‘otros tiempos’, porque ahora, para describir un momento tan íntimo de una pareja, algunos artistas prefieren resumirlo en un: “perrea, perrea”, bromea.
“Imagínate, te aseguro que si Leonardo Padrón (poeta venezolano) siente atracción carnal hacia una mujer no le va a decir nunca: perrea, perrea”, añade en un tono más serio.
Guillermo hila fino cuando compara su experiencia, luego de ser vetado por su letra “demasiado explícita”, con la de otros artistas urbanos, que en este tiempo también han sido criticados por sus letras de contenido sexual.
“Hay una pequeña diferencia. Rudy La Scala, quien escribió ‘Sin pensarlo dos veces, es un tipo bien sensible. Él tiene una formación y ahora son más sinceros, pero esa sinceridad a veces puede sonar fea si no tienes preparación”, apuntó.
Casi ni respira para añadir rápidamente que no está generalizando y que no quiere decir que todos los reguetoneros sean unos mal educados, pero “lo cierto es que sí hay un poco de incultura para llegar de una manera muy rápida y fácil a esos tipos de contenidos (sexuales), que son igualitos a ‘Sin pensarlo dos veces’”, reitera.
Vuelve a acomodarse en la silla para entonar la letra de otra de sus canciones que, para él, lo hace sentir como si se hubiera ‘pegado’ 25 viagras. “Déjate amar como solo lo puedo hacer yo. Déjame estar un poco más dentro de ti”.
Para el venezolano, que estuvo en Guayaquil a inicios del mes pasado, el erotismo no tiene por qué ser vulgar. “El crecimiento del artista va de la mano de su conocimiento, lo importante es que lea. Si son capaces de hacer música así de cruda, imagínate si se alimentan con un poco de literatura, imagínate la maravilla que puede pasar”, sugirió.
Un galán de novelas
-¿Qué se sintió haber sido un símbolo sexual en los 80?
Vuelve a viajar en el tiempo y responde como lo hizo a una reportera que le anunció que estaba en la lista de los hombres más sexys, en el tiempo en el que se difundió la novela Ligia Elena (1982), que él protagonizó junto a Alba Roversi. “¡Qué sexy ni qué nada! Ustedes no han visto un hombre sexy nunca en su vida. ¡Sexy! Dios mío”, dijo, y el salón se llena de sus carcajadas.
Guillermo se despide con un hondo suspiro, precisando que fue una época que disfrutó muchísimo. Las novelas, las jovencitas que se abalanzaban a él a pedirle autógrafos, las melodías cargadas de romanticismo, de erotismo... Pero eso sí, enfatiza enérgico que, a pesar de que múltiples medios de comunicación en 1999 titularon que ‘Sin pensarlo dos veces’ fue vetada, esto no ocurrió y continuó entonándola. Lejos de frenarla, “la volvieron más famosa”.