Japón es como Doraemon: un bolsillo mágico infinito. Lo que pidas, se te concede. No hay cosa que no sea posible cumplir porque aquí hasta el amigo, el consejero y la compañía se pueden pagar por horas. Ojo: no se debe entender aquí que se trata de un caballero de compañía con opción a todo, no, no. Esto es un servicio sin opción a sexo, al menos este, no lo incluye.

Una publicación de la cadena televisiva CNN reavivó el tema que desde 2012 lleva dando la vuelta al mundo con su singular oferta: hombres de mediana edad en alquiler, o —en palabras japonesas— ossan.

La fórmula perfecta, donde todos entran y compiten, la creó Takanobu Nishimoto a través de una página web Ossan Rental.

Sí, así como si uno fuese a buscar un carro para rentar, pero con hombres mayores, pasaditos de los 40 y con cierta ‘sabiduría’ para hablar del tema que sea.

¿Funcionaría un negocio así en Ecuador? Diario Extra le preguntó a sus lectores qué tan rentable lo ven y la respuesta fue negativa. Una usuaria incluso contestó: “No voy a pagar por tener amigos fingidos.”

Aunque esa no es la idea que vende Nishimoto desde la página web. En una entrevista para la agencia AFP explicó cómo son sus jornadas de trabajo y la de cualquiera de sus colegas: “Las personas que me alquilan me piden que les haga compañía durante una o dos horas, principalmente para escucharlos”.

En ese entonces, el motivador de los ossan, habló de una mujer de 80 años que lo había reservado algunas semanas para dar un paseo de rutina por el parque. La función del que es alquilado puede variar infinitamente.

CNN también pudo contactarse con un ossan, Ken Sasaki, quien aseguró que permite que lo alquilen bajo “cualquier propósito”, lo único prohibido es el contacto físico. De ahí, la creatividad se ajusta a lo que sea, pero el bolsillo aguanta la tarifa del hombre que se contrata.

El catálogo en Internet se oferta en 1.000 yenes la hora, que vendrían a ser $ 9. Sin contar que de los 73 hombres enlistados hay al menos dos que se alquilan a mitad de precio. ¿A quién elegir? Pues hay quienes aparecen con violines, perros, tras una computadora o han puesto una caricatura de ellos o simplemente se describen como ‘calientes’. Hay para todo gusto.

Tanto así que para los que quieren una experiencia de noviazgo también hay una oportunidad en esta país. La escritora estadounidense Karley Sciortino lo contó para Vice en 2016, desde sesiones donde llegar a las lágrimas era la meta —en compañía claro— o un anfitrión tipo Don Juan que te atiende como una cita de negocios y estando lo más atractivo posible.

Eso y algunos servicios más como alquiler de novias, esposos, hijos y hasta invitados a una boda, son posibles en este país. Un catálogo que dispone de actores reunidos para estas ocasiones se encuentra en Family Romance, donde su creador, Yuichi Ishii, decía tener ya en 2017, 1.200 empleados dispuestos a figurar lo que al cliente se le ocurra. Aquí no hay límites, fuera de los que el contrato disponga.