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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

Que tire la primera piedra el que esté libre de muletillas

Llenamos las conversas con tantos mmm, eeeeh, estee. Ya sabes, las muletillas de siempre. ¿Qué tan asociadas a nuestro vocabulario están?

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Las muletillas son esos vicios del lenguaje difíciles de aflojar cuando se habla.

Son tan repetitivas que se han hecho un lugar en el diccionario: “Voz o frase que se repite mucho por hábito”. También es un concepto que vale la pena clasificar y hasta hacerlas el centro de una tesis. Las muletillas son lo que son: un bastón de apoyo.

Esteeee, como les decía... La verdad es que traerlas a la conversa es como un cliché que nos salva de esos silencios incómodos. Es que obviamente así es como funciona. Obviamente también lo que se diga aquí no es la última palabra, pero sí de la de Fundación Español Urgente (Fundeu) que propone esta clasificación de muletillas:

- Latiguillos: son expresiones que se vuelven tendencia durante un tiempo hasta desaparecer.

- Empuñadura: es una fórmula necesaria en ciertos discursos.

- Timos: son muletillas reiterativas de rato en rato durante un discurso.

Estas tres divisiones son las oficiales, aunque hay más personas interesadas en estudiar estos descansos del pensamiento, ósea, que quieren entender por qué nadie se libra de ellas. ¿O no hemos tenido un largo “eeeeh” antes de decir la siguiente frase coherente?

Como parte del estudio de un máster de la Universidad de Salamanca, estas fueron las conclusiones a las que se llegaron. Es, como se diría, una clasificación alternativa.

- Procesadoras o planificadoras: propician que el hablante obtenga tiempo para estudiar la construcción de la información que quiere comunicar o bien, para que encuentre la palabra adecuada para un contenido determinado. Aquí aplica el conocido ‘mmm’.

- Impulsadoras: otorgan energía a la conversación, es decir, obligan al avance del discurso por parte del hablante o por parte del interlocutor. Así como bueno, indudablemente, obviamente.

- Estimulantes conversacionales: provocan y llaman la atención del oyente y realizan atribuciones informativas, bien para que mantenga su interés en la conversación, bien porque se busca su colaboración o acuerdo. Estos ejemplos darán una mejor pista de lo que trata: oye / mira, ¿ves?, ¿sabes?, ¿no?, ¿vale?, ¿verdad?

Toda esta explicación para decir que son inevitables. Que muletillas es como se acostumbra decirles, pero que son técnicamente marcadores discursivos.

Lo que quiere decir que ayudan a conectar frases o fragmentos de cualquier idea. Lo que pasa es cuando hacemos de estos una ‘muleta’ pues el ‘encanto’ se acaba.

Ya como para ecuatorianizar más situaciones como estas, pues solo basta con citas al personaje de “harta demencia”, ¿si me entiende?

Ni bien ni mal, las muletillas ahí las tienes, solo no abuses de ellas en una entrevista de trabajo o una presentación de proyecto. El público no quiere enterarse de esas búsquedas mentales. Naturalmente es así.

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