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Buena Vida

El gusto por los pecados capitales
Ya que la Semana Santa se cierra, vale reconocer los 7 pecados capitales que acompañan cada día desde series, música y cualquier producto masivo.
Los pecados capitales han escapado de la Biblia y se mecen entre los vaivenes de la cultura pop. La gula, pereza, avaricia, lujuria, envidia, ira y orgullo son expuestos en obras de arte, libros y sobre todo filmes. Pasado el Viernes Santo es muy oportuno enumerarlos y darse una vuelta por la obra ‘El Jardín de las delicias’ del artista holandés ‘El Bosco’.
Dante podría ser el primero que llevó el tema de los pecados fuera de las iglesias. Su obra la Divina Comedia presentan a los nueve círculos del infierno. En 1998 la película ‘Seven’ hizo lo mismo y acumuló defectos en sus escenas. En esta historia Brad Pitt y Morgan Freeman son los que persiguen al aniquilador de pecadores.
La producción masiva alrededor de las imperfecciones es próspera y atractiva.
IRA
La ira es de lo más común y avanza por niveles: el ceño se frunce, la calma se va al piso y si ya se pone fuerte, los gritos empiezan. La película Intensa-Mente de Disney dibujó estos aspectos en el personaje Ira: rojo y siempre descontrolado.
Realmente este pecado es casi que una sombra: es intermitente durante el día y hay momentos en que intensifica. Si se desea musicalizarla, el género Punk es el más adecuado. Bandas como Six Pistols (Reino Unido), Pussy Riots (Rusia) o Dos Minutos (Argentina) le dan a la batería y la guitarra con todo.
Un poco más hacia atrás, el actor Adam Sandler hace las veces de un energúmeno en potencia junto a su terapista Jack Nicholson en el filme ‘Locos de ira’.
LUJURIA
La lujuria es sinónimo de deseo sexual al borde del colapso. Actualmente no hay que buscar mucho para dar con ella porque está presente en muchos videos musicales: ya sea con el meneo de las caderas de Shakira, las fiestas alrededor de una piscina con Ricky Martin, Maluma, Enrique Iglesias y por su puesto Luis Fonsi, con uno de sus últimos éxitos: Despacito
“Pasito a pasito, suave suavecito. Nos vamos pegando, poquito a poquito...”
Para hacer este pecado más gráfico está la película de Woody Allen, Match Point (2003). La constante provocación vende bastante bien.
ENVIDIA
La muy conocida envidia actúa como un espejo que husmea lo del otro y si le gusta lo que ve, enseguida pretende tener algo igual o parecido. Se llega a este pecado por pasos: observar triunfos o cosas ajenas, experimentar cierta ira, buscar adquirir lo mismo y conseguirlo a como de lugar.
El gollum -ese pequeño ser encorvado y deforme- de El Señor de los Anillos sería el personaje que encaja aquí con su frase: “My precious”, aunque en realidad en esa trama todos son absorbidos por las ganas de conseguir el anillo.
La envidia también hierve y se da cita en series como ‘How to Get Away with Murder’ o Gotham. En la primera alumnos de derecho se atacan entre ellos para resaltar y en la segunda, el control de la ciudad se disputa entre los villanos.
PEREZA
Quien no haya tenido pereza, que tire la primera piedra. Homero Simpson seguro no podrá porque es uno de las figuras de la pantalla chica que ha expuesto su holgazanería durante más de dos décadas.
Los signos de la pereza son progresivos: bostezar, restregarse los ojos y finalmente apoyarse hasta el sueño sobre una mesa. Garfield es otra caricatura que ejerce bastante bien este comportamiento y la luce en cada tira cómica en que aparece.
ORGULLO
El orgullo está relacionado con la típica frase de madre: “Te lo dije” y las ganas de nunca reconocerlo. Si hay que ponerle un ritmo, la canción ideal sería la de Vicente Fernández: ‘Sigo siendo el Rey’
“Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero, pero sigo siendo el rey”.
Aquí también se ubica Vegeta, el conocido príncipe de los Sayayin, quien trata a todos sus contrincantes como “basura”, se cruza de brazos y los mira sobre el hombro. Orgullo en su máximo nivel.
AVARICIA
No hay nada más contemporáneo que experimentar avaricia. Este pecado traspasado a tiempos de Netflix es evidente en la producción de ‘House of cards’ (Casa de cartas) donde un senador arrasará a quien sea por llegar y mantenerse en la presidencia de Estados Unidos. El gusto por el poder ante todo, igual que en la popular serie ‘Game of Thrones’ (Juego de tronos).
GULA
El pecado más rico para cerrar esta lista es la gula. ¿Cuántas veces se acepta el postre cuando ya no se puede más con la llenura? Pilón, un personaje del recordado ‘Popeye’ sabe bien del arte de comer y nunca darle descanso al estómago.