Un joven de 21 años luce con orgullo sus exagerados brazos en su cuenta de Instagram. Oriundo de Pyatigorsk (Rusia), Kiril Tereshin —en su intento de asemejarse al famoso personaje animado Popeye— ha utilizado un método alterno, convirtiéndose en un tema de conversación en la redes sociales.

El ruso se aplicó Synthol inyectable en sus bíceps, un producto creado en Alemania en 1982 y compuesto de triglicéridos y benceno, que logra que los músculos se hinchen lo más rápido posible en el momento de ejercitarlos.

El producto puede ser peligroso si es usado de manera constante, cuando se exceden las cantidades requeridas, provocando deformidades. En casos extremos, incluso puede llegar a causar la explosión de la piel, dando cabida infecciones, que en los peores casos podrían llevar a una amputación.

El inicio de la obsesión

Después de su salida del ejército, este exmilitar ruso tuvo la loca idea de comenzar a inyectarse. Su músculo —cuentan medios locales— llegó a crecer hasta 25 centímetros en tan solo diez días. El joven afirma que sin importar la situación que se encuentre, no se detendrá hasta cumplir su objetivo, aunque esto perjudique su salud. En ocasiones se ha encontrado con fiebre de 40 grados, pero ni esto ha logrado impedir que se aplique la dosis de aceite.

“Detengan a ese chico, antes que sea tarde”, es uno de los comentarios de los usuarios que se encuentran horrorizado por lo que ha hecho este chico. Sin embargo, el joven afirma que no parará hasta entrar en los Récord Guinness.