Las familias son un mundo de constantes cambios. Hay amores que no crecen desde el vientre sino desde el corazón. Ya no se limitan a los lazos sanguíneos, y es en este contexto que el papel del padrastro y la madrastra se vuelve significativo. Estas personas han decidido amar y criar a un niño o adolescente que no nació de ellos, y deben mostrar voluntad y dedicación.

La psicóloga clínica Cassandra Hidalgo destaca que “es esencial que la relación sea sólida y estable. La presencia de múltiples parejas en la vida de los niños puede generar confusión y afectar negativamente su bienestar emocional. Antes de la presentación, habla con tus hijos sobre la posibilidad de tener una nueva pareja. Escucha sus sentimientos y preocupaciones con empatía, permitiéndoles expresarse sin juicios. No apresures el proceso de presentación. Respeta los tiempos emocionales de tus hijos y de tu nueva pareja”.

Un detalle importante es que nunca compares a tu nueva pareja con tu ex delante de tus hijos.

No pases los límites

- No hables mal del ex de tu pareja. Debes tener claro que el otro siempre será su padre y estará interesado por saber de su hijo. El niño puede hablar de las cosas magníficas que hicieron y tú debes escuchar de manera empática.

- Evita involucrarte en las discusiones. Si tu pareja discute con su ex no te metas, deja que ellos solucionen sus líos.

- No te metas en la crianza. Los niños tienen sus padres y deben respetar las normas ya establecidas.

- No puedes obligarlo a que te llame papá o mamá. Si alguno de los padres fallecieron, gánate ese título, pero no debes forzarlo a nada. Esto debe nacerle al niño de manera espontánea.

La experta

Para cumplir con este rol se requiere de mucha paciencia, comprensión y un corazón abierto. Es dejar de lado las etiquetas y abrazar la oportunidad de ser un apoyo genuino y un ejemplo positivo para los hijos que llegan con la pareja. Su amor real nos recuerda que la familia no siempre se trata de lazos biológicos, sino de la conexión del corazón”. Cassandra Hidalgo