Cuidado con el ‘ladrón silencioso’ de su visión

El Glaucoma ya no es aquella enfermedad que hacía pasar como normal la ceguera de los abuelos teniendo como pretexto su avanzada edad. Pese a que sigue siendo irreversible y silenciosa, las personas afectadas pueden controlar su condición y evitar el deterioro de la visión. El oftalmólogo Eduardo Viteri comenta que en torno a esta patología hay varias creencias, entre ellas que no puede operarse y que conduce irremediablemente a la ceguera. No obstante, esto no es cierto del todo. Lo que se requiere es conocimiento.

Cada 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, fecha instituida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciar a la población sobre dos aspectos esenciales: el diagnóstico precoz y la importancia de seguir un tratamiento. Al ser una enfermedad incurable, esto puede hacer la diferencia.

Viteri explica que esta dolencia, llamada comúnmente el ‘ladrón silencioso de la visión’, se desarrolla por un daño en el nervio óptico que tiene su origen en la acumulación del humor acuoso en el globo ocular. El fluido, al no tener una vía de drenaje, ejerce presión en el ojo y destruye el nervio, provocando que la visión se pierda paulatinamente, y en otros casos de forma drástica.

Inicialmente, dice la oftalmóloga Paola Álvarez, los pacientes pierden la visión periférica por lo que, al llegar a la consulta, hablan de tener la sensación de mirar ‘por un tubo’. Una vez detectada la enfermedad, se debe iniciar el tratamiento.

Según la OMS, 253 millones de personas sufren discapacidad visual en el mundo, y el 8% de esta cifra corresponde al glaucoma como causa. Para 2020 se estima que existan 11 millones de personas afectadas.

Tratamientos disponibles

El tratamiento tópico con gotas constituye la primera línea de acción para la mayoría de pacientes con glaucoma, sin embargo existen armas terapéuticas más avanzadas que pueden mejorar la calidad de vida del paciente. El doctor Emiliano Galarza cita algunas:

Trabeculectomía: Se crea una especie de ‘ventana’ en la esclerótica para que el humor acuoso fluya.

Implante valvular: Consiste en la introducción de un pequeño tubo al interior de la parte delantera del ojo que permite regular la presión o mantenerla estable.

Dispositivos MIGS: Son un conjunto de cirugías mínimamente invasivas que utilizan dispositivos especiales para drenar los líquidos atrapados y disminuir la presión intraocular.

Ciclofotocoagulación con láser: Indicado en glaucomas incipientes de ángulo abierto. Esta técnica permite al paciente controlar su enfermedad por hasta cinco años. Consiste en producir lesiones atróficas o quemaduras que obstaculizan la producción del líquido acuoso, disminuyendo así la presión. En muchos casos el procedimiento debe repetirse.

Canaloplastia: Es una cirugía en la que se sutura el canal de drenaje del humor acuoso y se lo canaliza con ayuda de una sonda iluminada. Esta técnica se emplea como una alternativa a otros tratamientos.

El control es esencial

Aunque existen distintos tipos de glaucoma, los dos más comunes son el glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) y el de ángulo cerrado (ACG). El primero tiene un inicio lento e insidioso, y el segundo es menos común, pero tiende a ser más agudo. El doctor Emiliano Galarza, especializado en cirugía ocular, señala que aunque el primero es más lento en su agresividad, también puede llevar al paciente a descompensarse, más aún si existen factores de riesgo o el paciente consume alcohol y fuma.

A criterio del doctor Eduardo Viteri, el manejo exitoso del glaucoma consiste en un diagnóstico precoz, un buen tratamiento y control. Explica que cuando un paciente responde bien al tratamiento, el control se lleva a cabo dos veces al año; pero cuando existe una visión muy afectada, este deberá hacerse cada tres meses.

Añade que hay personas que abandonan su tratamiento, con consecuencias devastadoras para su visión.

Métodos de diagnóstico

Un diagnóstico efectivo y precoz resulta esencial para preservar la visión que tiene el paciente al llegar a la consulta. Además de los signos físicos como la pérdida de visión espacial, la oftalmóloga Paola Álvarez dice que es necesario efectuar un examen que mida la presión intraocular y, de ser necesario, análisis complementarios. Uno de los métodos más avanzados es la tomografía que analiza todas las capas de la retina y del nervio óptico. El doctor Eduardo Viteri señala que esta técnica arroja imágenes precisas, gracias a sus cortes de entre 2 y 3 micras.

Factores de riesgo

El principal factor para el desarrollo del glaucoma es el hereditario, dice Viteri. Si padres o familiares cercanos fueron diagnosticados, los chequeos deben realizarse cada dos años hasta los 45 años y, pasada esta edad, de forma anual. Cuidados similares deben tener las personas con traumatismos en la zona ocular, así como quienes sufren de cataratas en estado avanzado. El factor racial influye: las personas de ascendencia africana tienen dos o tres veces mayor riesgo de desarrollarlo.