El sonar de los motores, de pitos, la música a alto volumen y otros ruidos son parte de la contaminación ambiental, por lo cual hacen campañas para ‘bajarle el tono’.

Además de aumentar el estrés, el aparato que más sufre por los estruendos es el auditivo, refiere el doctor Francisco Plaza Bohórquez, coordinador general del organismo Acción Contra el Ruido (ACER) Dr. Fernando López Lara.

“El ruido puede provocar desde lesiones leves hasta sordera crónica que a su vez se acelera con la edad”, precisa el médico, quien ha impulsado campañas contra el ruido.

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Una persona que haya sido sometida a un ruido muy intenso y de manera abrupta puede sufrir de trauma acústico, resalta el galeno. Un trauma acústico suele afectar a uno de los oídos, con el agravante de que “con el paso del tiempo, por un fenómeno que se llama de simpatización, el otro oído tiende a irse deteriorando”, recalca.

Plaza explica que además de la bulla citadina, “la queja más frecuente” es el uso de parlantes a alto volumen de parte de vecinos que organizan sus fiestas en sus casas, especialmente los fines de semana. A su criterio, debe prohibirse el estruendo que afecte a los vecinos.

Jennifer Rivas, fonoaudióloga de GAES Centro Auditivo, donde realizan exámenes a los oídos, sostiene que muchas veces, además del ruido al que se debe estar expuesto, muchas personas suelen colocarse auriculares para escuchar su música y suman un factor de riesgo.

Como medida preventiva “recomendamos escuchar música a menos de 60 % del volumen y por 60 minutos al día, no más de eso”, acota la especialista.

Rivas refiere que a nivel de profesiones u ocupaciones, los que están más expuestos son los ingenieros y arquitectos, que suelen pasar mucho tiempo en obras.

También hay estudios en los que ya se tiene evidencia que los odontólogos, después de algunos años del ejercicio profesional, tienden a tener una disminución auditiva muy particular por la exposición en horas continuas al ruido de la máquina con la que laboran en sus consultorios.

Quienes trabajan en fábricas y las personas que se dedican a la costura también constan como expuestos a contaminación por ruido.

Por eso, a procurar bajar el volumen. Pero según la especialista, la primera medida que debe adoptar la población expuesta al ruido constante es el chequeo anual, para que vea si no tiene inconvenientes en su órgano auditivo.

Con este examen hacen la medición de la capacidad de cada uno de los oídos para percibir las vibraciones de diversas bandas del espectro audible. (IC)

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