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Diario Extra Ecuador

Apuestas y sicariato: el balance más oscuro del fútbol ecuatoriano en 2025

El 2025 será recordado como el año más oscuro del fútbol ecuatoriano, marcado por allanamientos, amaño de partidos y violencia mortal

Gualaceo estuvo inmerso en investiaciones

Gualaceo estuvo inmerso en investiacionesAPI

Jerson Ruiz
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El jueves 25 de septiembre de 2025 quedará marcado como el día en que el fútbol ecuatoriano perdió la inocencia frente al espejo. No fue un gol, ni un ascenso, ni una tragedia en la cancha. Fue el sonido seco de una puerta de camerino abriéndose para dejar entrar a la Policía Nacional y a la Fiscalía General del Estado. En Gualaceo, en el estadio Gerardo León, el fútbol fue allanado.

Nunca antes había pasado. Jamás en Ecuador la justicia había ingresado a los vestuarios minutos antes de un partido profesional. Gualaceo SC y Chacaritas FC, equipos de la Serie B, quedaron congelados en una escena que parecía sacada de otro país, de otra realidad. Pero no: era Ecuador, era 2025, el año más oscuro del balompié nacional.

Más de sesenta personas brindaron versiones voluntarias en la investigación de Liga Pro.

Más de sesenta personas brindaron versiones voluntarias en la investigación de Liga Pro.ARCHIVO

Al final fueron sancionados

La escena fue el resultado de meses de sospechas. El fútbol ya no se jugaba solo en la cancha, también en plataformas de apuestas, en números que crecían de manera antinatural. La Dirección de Integridad y Antipiratería de LigaPro detectó movimientos anómalos: apuestas excesivas, partidos bajo lupa, cifras que alcanzaron los 140 mil dólares en encuentros específicos de la Serie B. El juego estaba contaminado.

La investigación avanzó y el golpe fue fuerte. El Comité Disciplinario del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Guayaquil determinó sanciones ejemplares: Vargas Torres, 22 de Julio, Chacaritas y Gualaceo perdieron entre 6 y 12 puntos. Hubo multas de 10 mil dólares y 20 futbolistas fueron suspendidos por dos años. Castigos que buscan limpiar, pero que no alcanzan para borrar la mancha.

2025 también fue el año de la muerte.

Cinco jugadores asesinados por sicariato encendieron todas las alarmas. En septiembre, Jonathan González, futbolista de 22 de Julio de Esmeraldas, fue ejecutado. Tenía pasado en Independiente del Valle y un futuro que se apagó demasiado pronto. Su familia, entre el dolor y la impotencia, apuntó a las apuestas como posible causa. La investigación sigue, pero la herida no cierra.

Jonathan Cabezas, capitán del club esmeraldeño 22 de Julio, fue la primera víctima fatal.

Jonathan Cabezas, capitán del club esmeraldeño 22 de Julio, fue la primera víctima fatal.Cortesía

Mucha violencia en este año

Ese mismo mes, Manabí volvió a ser escenario del horror. En un hostal de Manta, dos jugadores de Exapromo Costa FC fueron asesinados. Maicol Valencia y Leandro Yépez, jóvenes de Segunda Categoría, murieron lejos de los focos, lejos de la fama, pero dentro del mismo sistema enfermo.

A ellos se suma Miguel Nazareno jugador del Independiente Jrs. que perdió la vida en Guayaquil en un hecho de violencia.

Y cuando parecía que ya no había más fondo, la violencia tocó a la Serie A. El 17 de diciembre, al norte de Guayaquil, disparos terminaron con la vida de Mario Pineida, jugador de Barcelona SC. El caso sigue en investigación, pero el mensaje fue brutal: nadie está a salvo.

El fútbol ecuatoriano cerró el 2025 con camerinos allanados, partidos bajo sospecha y camisetas manchadas de sangre. No fue solo un año negro. Fue una advertencia. O se limpia el juego, o el juego termina devorándose a los suyos.

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