¿Qué es chimichurri en el fútbol? Es la palabra que usó Antonio Álvarez, de Barcelona, para determinar que algo no era tan bueno a la hora de contratar. Y como si del karma se tratara, la realidad del Ídolo en el papel es que sus ofensivos no llegan con tantos goles y podrían encajar en esa palabrita de moda: chimichurri.

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Las últimas contrataciones canaria son Djorkaeff Reasco, que en Newell´s en el 2023 solo hizo un gol, y el ofensivo Cristian Solano, que llega de Orense y que hizo 3 anotaciones.

Barcelona se ha reforzado con todo. En la defensa hay sobrepoblación de centrales y marcapuntas, pasa lo mismo con los volantes, en especial con los mixtos, donde pelearán el puesto.

Pero en la delantera no han traído un jugador que, en papeles, marque la diferencia. Los mayores anotadores del Ídolo, considerando el año pasado, son el Polaco Francisco Fydriszewski, que fue su máximo romperredes con 12 anotaciones, y Damián Díaz, que hizo seis en el 2023.

Barcelona todavía no ha cerrado su libro de contrataciones, a la interna se analiza una jugada de puestos: prestar a Jonathan Bauman a otro elenco y traer a un delantero neto.

Pero también se quiere apostar por Allen Obando, a quien como estrategia de marketing le darán la camiseta número 9 del equipo; a él se suma Reasco, a quien habría que recuperarlo y ver qué tanto le sirve al entrenador Diego López. La realidad es que preocupa ver quién acompaña al Polaco Fydriszewski.

Por ahora, el apodo para el 2024 si no hay goles en el Ídolo ya está ganado: chimichurri. ¡Ojalá que la sazón no sea de mal sabor para Barcelona!

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