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Barcelona SC jugará bajo protesta LigaPro 2026 y rechaza el nuevo formato del torneo
Barcelona SC expresó su rechazo al nuevo formato de la LigaPro 2026 por el aumento de partidos sin mayores ingresos
La LigaPro volvió a abrir la caja de Pandora y esta vez no fue por un error arbitral ni por un VAR extraviado. El nuevo formato del campeonato 2026 ya provoca ruido, molestia y una advertencia seria desde uno de los clubes más grandes del país. Barcelona Sporting Club levantó la mano, golpeó la mesa y dijo “no”, en un Consejo de Presidentes que aprobó cambios con más preguntas que respuestas.
La primera etapa no se toca: 30 fechas de todos contra todos, como hasta ahora. Pero la segunda parte del torneo se transforma en un laberinto competitivo. Un cuadrangular que entregará boletos a la Copa Sudamericana y un hexagonal para definir los dos equipos que descenderán a la Serie B. Más partidos, más desgaste, más costos. ¿Más ingresos? No necesariamente.

Problemas de dinero
Y ahí está el corazón del reclamo amarillo. Barcelona, mediante un comunicado oficial, rechazó el modelo por considerar que incrementa la carga de partidos sin un crecimiento proporcional en los ingresos. “Este esquema profundiza la crisis económica del fútbol ecuatoriano y afecta el interés del público”, sentenció el club, dejando claro que el problema no es deportivo, sino estructural.
El calendario podría llevar a los clubes a disputar hasta 40 partidos en una temporada. Para Barcelona eso significa un aumento directo de costos: viajes, concentraciones, logística y planificación. Solo en operación, el club estima un gasto adicional mínimo de 250 mil dólares anuales, más otros 200 mil por producción y programación. Números que pesan, sobre todo cuando los ingresos por derechos de televisión van en caída libre.

El contraste es demoledor. En 2023, Barcelona percibía 3,6 millones de dólares por TV. En 2025, esa cifra cayó a 1,2 millones. El triple menos. A eso se suma el costo del arbitraje, que hoy debe pagar el club y que LigaPro promete devolver en un futuro indefinido. Flujo golpeado, planificación comprometida y paciencia al límite.
La frase final fue la más dura: Barcelona jugará “bajo protesta”. Una advertencia que lo dice todo. El fútbol ecuatoriano discute formatos cuando aún no resuelve su economía. Cambia el sistema, pero no el problema de fondo. Y mientras eso no ocurra, el torneo podrá tener más partidos, pero menos credibilidad.