Este martes 10 de junio se repite el ritual, el show, la cábala, la fe andina: los famosos chamanes peruanos vuelven a escena. Luego del empate 0-0 con Colombia en Barranquilla, sienten que sus poderes están afinados, recargados y listos para meter mano... o mejor dicho, espíritu, en el duelo contra Ecuador.

La advertencia ya está hecha: entre la noche del lunes 9 y del martes 10, los chamanes se apostarán, como es costumbre, en los exteriores del Estadio Nacional de Lima.

Ahí estarán: envueltos en ponchos, coronas incas, amuletos negros y con las camisetas blanquirrojas pegadas al alma. Invocarán al Tayta Inti (Padre Sol), a la Pachamama (Madre Tierra) y a cuanto espíritu ancestral pueda ayudar a que la selección de Perú no se despida de las eliminatorias.

La última vez en el 2022 lo hicieron y solo empataron

Y esto, ojo, ya es tradición. Cada vez que Ecuador pisa suelo peruano, ellos están ahí. Con espadas rituales, velas negras y una que otra foto de Enner Valencia –aunque no juegue, como en 2022, cuando estaba suspendido–. Lo que sí cambia es el nivel de drama: esta vez, Perú se juega la vida y el conjuro será más intenso. Hay miedo de que Ecuador amanezca con la puntería calibrada, así que mejor prevenir que lamentar.

En 2022 lo intentaron. Le metieron toda la mística, toda la planta sagrada... y no pasó mucho. Ecuador empató 1-1 con un gol tempranero de Michael Estrada, a los dos minutos, como si el conjuro se hubiera tomado el día libre.

Pero ellos no se rinden. Para esta edición, los rituales arrancan con una velada poderosa. El 9 de junio por la noche beberán ayahuasca –sí, el "vino de los muertos", el brebaje que abre puertas invisibles y da visiones alucinantes–, todo como parte del plan maestro para ver el triunfo de Perú antes de que ocurra.

"Visualizamos la victoria", dijo en su momento el chamán Walter Alarcón, presidente de la Organización de Shamanes del Perú, en el ritual de 2022. Y mientras decía eso, otro chamán soplaba una caracola como trompeta y el resto danzaba con fuego, hojas de coca y cánticos precolombinos. Una escena que mezcla fe, folclore y fútbol.

Este martes 10 de junio sabremos si la "malilla" pega. Porque si hay algo más impredecible que el VAR, es la brujería futbolera. Que los astros hablen… y que ruede la pelota.

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