El colegio Balandra Cruz del Sur de Guayaquil escribió una página dorada en el deporte escolar ecuatoriano al conquistar el primer lugar en la Competencia “International Experience” de Cheerleaders realizada en Río de Janeiro, Brasil. 

En la categoría Junior Prep, las jóvenes representantes ecuatorianas demostraron que el talento, la pasión y la disciplina pueden vencer incluso al favoritismo local.

Frente a potentes delegaciones brasileñas y de varios países de Sudamérica, las chicas del Balandra deslumbraron con una rutina cargada de precisión, energía y sincronía perfecta. 

Una gran experiencia en Brasil 

Su presentación encendió los aplausos del público y convenció al jurado de que merecían lo más alto del podio. Así, Ecuador se alzó con la medalla de oro, dejando en claro que el cheerleading tricolor está en crecimiento y puede competir de igual a igual con las potencias regionales.

El regreso a Guayaquil fue una auténtica fiesta. Las campeonas fueron recibidas con una calle de honor en su colegio, entre aplausos, carteles y lágrimas de emoción. Padres, compañeros y docentes reconocieron su esfuerzo y el orgullo de haber llevado el nombre del país más allá de las fronteras.

Un gran grupo de estudiantes y deportistas

El equipo fue liderado por los entrenadores Javier Pérez y Joselyn Angulo, quienes guiaron con exigencia y cariño a un grupo talentoso conformado por Natalia Roditti, Catalina Moncayo, Fernanda Moncayo, Roberta Aldas, Martina León, Mia Muñoz, Fabiana Ochoa, Ana Ochoa, Kena Nader, Fiorella Briones, Agustina Aguilera, Renata Pérez-Llona, Andrea Alcívar y Melisa Calderón.

Entre los momentos más emotivos del viaje destaca el cumpleaños número 14 de Natalia Roditti, quien celebró rodeada de sus compañeras y de sus padres, Andrés Roditti y Fresia Guzmán Zambrano. “Fue una experiencia increíble —contó Natalia a Diario EXTRA—, sobre todo cuando vimos nuestra bandera junto a la de Brasil y nos entregaron las medallas de oro. Fue un momento mágico e inolvidable”.

Con su logro, el Balandra Cruz del Sur no solo sumó un trofeo más a sus vitrinas, sino que también demostró que el espíritu deportivo ecuatoriano puede brillar en cualquier escenario del mundo. 

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