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Noboa: "Los patacones me llegan a la vena"

El jugador del Sochi y goleador de la Liga de Rusia estuvo en el Facebook live de diario EXTRA en el programa 'El bueno, el malo y el feo'

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Cristhian Noboa, jugador del Sochi en la entrevista con Juan Santiago Nuñez, Steffano Dueñas y Jerson Ruiz.

Cristhian Noboa, el goleador de la liga rusa con el Sochi es un personaje dentro y fuera del fútbol. Lleva 5 goles, pero sus jugadas también la hace en redes sociales. Es autentico en sus declaraciones, fue el invitado del programa 'El bueno, el malo y el feo' del Facebook de Diario EXTRA.

El zar habló por una hora desde Rusia, con su look de amarillo que le ha traído una racha de goles, cinco en 7 partidos.

Entre bromas, risas y un dialogo a fondo, el volante/goleador lo contó todo.

Lleva 5 goles en 7 partidos con el Sochi. 

Habló de su vida en Rusia, de la racha de goles, de la selección y hasta la comida.

Pueden disfrutar del vídeo en el Facebook de EXTRA.

"Siempre hay agüita", nos dijo de entrada el jugador que en Rusia marcaba las 20:00 y eran las 12:00 del miércoles 16 de septiembre del 2020.

"Me siento como nunca antes, han sido muchas cosas que me sirven ahora de divertirme más, creo que lo que me cocina mi novia, los patacones me dan fuerza, creo que me llegan a la vena", comentó Noboa.

Dice que está listo para cuando lo llamen el entrenador de la Tricolor, Gustavo Alfaro.

Noboa, cuando se le preguntó sobre la forma de ser que no ha cambiado comentó: "No tengo porque cambiar, he sido así desde que tengo uso de razón, lo único que hago es divertirme".

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Cristhian dice que, después que cumplió los 30 años, decidió ir de frente en decir las cosas, pero que llegó a un punto de tomar la vida de una manera diferente.

"Siempre soy frontal y diferente, digo las cosas como son", expresó Cristhian, quien confesó que una persona cercana al entrenador Alfaro lo contactó para preguntarle porque no había jugado con el Sochi la Copa Rusa, pero el jugador le comentó que el DT había llevado un equipo alterno.

Contó anecdotas sobre su llegada a Rusia, en especial el primer día cuando pensó que el frío era una sola broma y luego le tocó llorar seis meses mientras se adaptaba.