Dani Alves volvió a aparecer en las portadas, pero esta vez no por un regate o una amarilla. Tampoco por un nuevo lío judicial. No, nada de eso. El brasileño, que brilló con el FC Barcelona y la selección de Brasil, subió una foto con una Biblia en la mano y, de fondo, un mosaico de camisetas que cuentan su carrera.

“Heyyy; no olviden lo que Dios hizo en vuestras vidas cuando todo se ponga bien. No olvides de dónde él te sacó y las maldades rompidas en tu vida”, escribió. Después se metió de lleno en las Escrituras: citó Lucas 17:11-19, Juan 15:4-5, Proverbios 11:14 y 2 de Crónica 20:20. Un mensaje que sonaba más a sermón que a post de futbolista.

“El enemigo ya fue derrotado, no le permitas seguir engañándote. Permanezca en la salvación”, insistió. Y remató con un llamado: “Cristo nos llama a permanecer en él y en su sacrificio. Su amor nos salvó sin que mereciéramos. El que tenga oído, oiga”.

Esto fue lo que dijo Dani Alves

Hizo una oración para sus seguidores

Y como si fuera un gol en el último minuto, cerró con una oración: “Padre mío, gracias por recordarnos tu amor… La fe puede faltar, la esperanza desaparecer, pero el amor permanece. Tú eres amor y quien no te conoce, no conoce el verdadero amor. En tu amor somos más que vencedores. Te adoro, te alabo y te glorifico para siempre, Amén”.

Pero… ¿qué pasó con Alves?

En febrero de 2024, un fallo lo sentenció a cuatro años y medio por una acusación de agresión sexual ocurrida en la discoteca Sutton, en diciembre de 2022. Según el relato de entonces, habría llevado a una joven a un baño VIP y allí, sin consentimiento, ocurrió todo.

Meses después, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña revisó la película y encontró escenas borrosas: vacíos, imprecisiones y contradicciones. Fue suficiente para tumbar la sentencia y, de forma unánime, acoger la apelación de la defensa.

La historia que lo pintaba como culpable se desarmó entre las manos de los jueces. Dani Alves, el hombre que en la cancha parecía invencible, hoy gana un partido lejos del fútbol. El marcador, al menos por ahora, le sonríe.

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