El orgullo del ‘Kitu’

Celebró con rabia los goles. El primero, gritándolo en la cara de Mosquera, con quien ya había tenido sus más y sus menos en el primer tiempo. El segundo, el suyo, con patadas y puñetes al aire, en un primer momento, y contra una valla publicitaria después. Así es el ‘Kitu’, un tipo con corazón y que vive cada partido como una auténtica final.

Con su fútbol y con un nuevo gol permitió que el Ídolo celebre su novena victoria seguida, se mantenga en la punta y recupere la sonrisa tras el fracaso continental. Eso sí, esta nueva goleada (cuarto partido que los amarillos anotan cuatro o más tantos de local) fue engañosa.

Barcelona sufrió mucho y no fue ese equipo total que atropella a sus rivales. Los primeros 45 minutos, de hecho, se parecieron mucho más a las versiones de la Copa Sudamericana que a la del campeonato local. La buena noticia es que el paso por el vestidor, ahí donde los técnicos deben demostrar su carácter y sus conocimientos, cambió la cara de los ‘canarios’.

Pero antes Barcelona fue preocupante. Quizá aún ‘tocados’ por la eliminación, que también se notó en la escasa asistencia al estadio Monumental, los amarillos se mostraron imprecisos y sin ritmo. Por si fuera poco, Banguera regaló un gol a Fuerza Amarilla, que no desaprovechó esa chance. Primero no supo atajar un tiro libre manso y en la lucha por el rechace golpeó de manera infantil a Arce. Bruno anotó el penal y puso contra las cuerdas a los ‘toreros’, que no veían cómo superar a los de Machala, bien ordenados en defensa durante el primer acto.