El Comité Ejecutivo de la Federación Ecuatoriana dio la razón a Emelec en la polémica por la presencia de la hinchada visitante en el Clásico del Astillero que se disputará mañana. Pesó el último inciso del artículo 242, en el que “el derecho de admisión” permite al club azul, según Guillermo Saltos Daule, jurista de Ecuafútbol, negarse a entregar entradas a Barcelona.

Aun así, la polémica llegó al ofrecer la sentencia final, cuando desde la zona donde se sentaron los dirigentes de Barcelona se escuchó un supuesto insulto. “Queda claro que la barra nace desde la dirigencia”, expresó Saltos Daule mirando a José Francisco Cevallos. Preguntado por esa reacción, el jurista explicó que “oí clarito el pobre hijue... que salió de su zona”, le respondió.

Así se puso punto y final a más de dos horas de argumentaciones por parte de los abogados de ambos elencos, que finalmente dieron la razón a la postura eléctrica, que no recibirá sanción alguna y podrá vivir el encuentro en su renovado estadio Banco del Pacífico Capwell con su hinchada.

“El último inciso del artículo 242 del Reglamento de la Comisión de Disciplina tiene dos lecturas. La primera es que el club local puede acogerse a incidentes previos en el estadio donde se va a jugar el partido para negarse a vender entradas al rival. La segunda lectura habla del derecho de admisión, y se especifica que el club puede no vender entradas a los aficionados que hayan ocasionado desmanes en escenarios deportivos, en general”, explicó Saltos Daule, iniciando así su conclusión final y anticipando su decisión.

Además, añadió que “seríamos necios, incluso no seríamos realistas si no admitiésemos la beligerancia de ambas hinchadas, que es pública y notaria”, haciendo incluso mención a los hechos acontecidos en Lima en el pasado, “con una batalla campal”.

Por si fuera poco, quiso llamar al orden a ambas dirigencias, destacando que “han creado un clima realmente peligroso” en los días previos, por lo que la Ecuafútbol no quiere responsabilizarse, “como ya pasó en el pasado de forma inmerecida”, de posibles altercados. .