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Diario Extra Ecuador
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Anny Bazán, Milagro
Tuvo que soportar una semana ingresada antes del parto por una anemia. Y le atemorizaba enfrentarse a la cesárea. Pero en las horas previas a dar a luz, lo que más anhelaba era ver el rostro de su hijo, que además es su hermano.
A pesar de sus escasos 13 años, ‘Mercedes’ (nombre protegido) no pensaba en la violación que, tal y como publicó EXTRA, había sufrido presuntamente a manos de su padre nueve meses atrás. El amor a su bebé era más fuerte que su angustia e impotencia.
Hoy ya no juega con sus amigas de Milagro. En lugar de muñecas, ahora abriga con sus brazos a un recién nacido al que ha bautizado con el nombre de ‘José’, pero a quien prefiere llamar su “príncipe”.
“Mis días y noches ahora le pertenecen a él. Es mi hijo, es mío y nada más”, afirma a EXTRA la adolescente, como si temiera que alguien le arrebatara al pequeño.
“Las ojeras de mi hija son producto de las malas noches que pasa. Mi nieto se levanta a lactar cada dos horas y ella se queda despierta porque siente temor de que algo malo le pueda ocurrir al bebé”, relata ‘Lucía’, madre de la adolescente.
Mientras ‘Mercedes’ alimenta a ‘José’, su progenitora recuerda indignada lo sucedido supuestamente en los 18 años que duró su matrimonio. “Las infidelidades y agresiones provocaron nuestra ruptura”, resalta.
Tras la separación, la mujer huyó a Riobamba en busca de trabajo, mientras sus vástagos se quedaron al cuidado del padre. “Él (presuntamente) impidió que me llevara a mis hijos”, cuenta mientras sus mejillas se humedecen.
El bebé fue inscrito en el Registro Civil de Milagro con los apellidos de su madre y hermana, dos semanas después de que naciera.

EN LA POBREZA
El calor y las estrecheces de su casa, donde habitan seis personas, incluidos los dos hermanos de ‘Mercedes’, de 11 y 15 años, han hecho que ella y su progenitora coloquen el corral de ‘José’ en el portal del domicilio. Es su única alternativa para que el niño no sufra tanto con el clima.
Pero ‘Mercedes’ está siempre atenta a su pequeño y, con una toalla, lo ventila para calmarlo.
La situación económica de la familia ha agigantado el ingenio de ambas. En la cuna, la chica y su madre han colocado tres peluches y, en un armador para colgar ropa, han guindado varios muñecos de goma fabricados con sus propias manos.
‘Mercedes’ ha aplazado su formación académica. Es posible que este año la retome. Porque ella desea estudiar y aspirar a un futuro mejor para que su hijo goce de las oportunidades que ella no ha disfrutado hasta ahora.

 

“Desde diciembre, él tiene boleta de captura”

El deseo de ‘Lucía’ es que se haga justicia y que su exconviviente pague por lo que le hizo a su hija. Cuando ‘Mercedes’ escucha el nombre de su progenitor, prefiere quedarse callada y meterse a su habitación.
“Solo el hecho de escuchar hablar de ese tema la pone mal. Por eso cuando ella está evitamos hablar de lo sucedido. Desde diciembre pasado él tiene boleta de captura”, enfatizó la madre de la chica.
El fiscal William Aguilar explicó que según el artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), por el delito de violación la pena privativa de libertad, en caso de que la víctima sea menor de catorce años de edad, sería de diecinueve a veintidós años.
El sospechoso podría ser sancionado con el máximo de la condena porque en este caso supuestamente se trata del padre de la menor de edad, es decir está dentro del entorno íntimo de la familia de la víctima.
El artículo 44 del COIP trae la circunstancia de la infracción en cuanto tiene que ver al mecanismo de aplicación de atenuantes y agravantes. “Si existe al menos una circunstancia agravante se impondrá la pena máxima prevista en el tipo penal aumentada en el tercio. Es decir que con la pena de 22 años, aumentada en un tercio, estaríamos hablando de 29 años”, mencionó Aguilar.
En este caso las agravantes del hecho serían que el agresor es su padre, ella estaba a su cuidado y que producto del abuso resultó embarazada.

 

Solicita ayuda

En la humilde casa de ‘Mercedes’ se percibe la crisis económica. Su madre lava la ropa de algunos conocidos para alimentar a sus hijos y a su nieto, mientras la muchacha la ayuda con los quehaceres del hogar.
“Lavo ropa ajena, pero los escasos ingresos no alcanzan para comprar los pañales, leche y demás necesidades que demanda un bebé”, afirma ‘Lucía’. Hasta ahora, la ropa que usa el pequeño ha sido donada por vecinos y familiares.
Si desea ayudar a esta familia, llame al (04)2201100.

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