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Fallece Edú, exjugador de Emelec y la selección de Brasil
En 1994, Edú sorprendió con su llegada al Emelec y estuvo hasta 1995
Cuando Edú Manga pisó Guayaquil, en 1994, parecía que se abría una ventana al mundo del fútbol grande. Era un 10 brasileño, elegante y ofensivo, de esos que no necesitaban levantar la voz ni hacer un gesto brusco para imponerse. Su sola presencia ya era seria, dentro y fuera de la cancha. Venía con un currículum que pesaba toneladas: Palmeiras, Corinthians, América de México… nombres que en cualquier parte suenan a respeto.
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En ese entonces, Emelec sorprendió a Ecuador y a Sudamérica entera. No era común que llegara un brasileño con ese cartel. Edu traía la magia de las favelas y el rigor de las grandes ligas, pero, sobre todo, traía el compromiso. No era un showman; era un futbolista de verdad. Quienes lo vieron jugar en el Capwell todavía guardan en la memoria ese toque fino, esos pases que parecían milimétricos y esa capacidad de mover al equipo como un director de orquesta.
Hoy, 3 de octubre de 2025, la noticia golpea fuerte: Edú Manga ha muerto a los 58 años. Y aunque pasaron más de tres décadas desde su paso por el “Bombillo”, las condolencias no se hicieron esperar. Emelec lo recordó con respeto, Palmeiras lo despidió como a un ídolo eterno, y el fútbol se vistió de luto.

Dicen que el fútbol es memoria y corazón. Edu se llevó ambos títulos: memoria porque dejó huella en todos los estadios donde jugó; corazón porque siempre fue un hombre correcto, disciplinado y de valores sólidos. Nunca necesitó polémicas para brillar.
Hoy, el balón se detiene un instante. Porque alguien que supo vestir de azul eléctrico y de verde paulista merece que el juego se pare para aplaudirlo. Descansa en paz, Edú Manga. El fútbol de Ecuador, de Brasil y del mundo siempre te recordará como lo que fuiste: un 10 serio, auténtico y eterno.
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