Aunque existe el estigma de que muchos futbolistas no tienen un gran intelecto, algunos cracks de este deporte desmienten esta creencia.

Además de las grandes capacidades físicas que se reflejan en los campos de juego, los profesionales de este deporte piensan más rápido que el resto, según una investigación realizada en Suecia.

Los resultados del Instituto Karolinska, en Estocolmo, concluyen que los jugadores de fútbol de alto nivel superan en pruebas a la mayoría de la gente, cuando se trata de ciertas capacidades cognitivas.

Entonces la teoría sugiere que jugar al fútbol puede mejorar la capacidad mental de las personas, tal como lo reflejan algunos profesionales de este deporte y exfutbolistas.

Uno de los mayores iconos del balompié es Frank Lampard conocido por sus inteligentes movimientos en el campo y su sentido del espacio. Él logró obtener las más altas calificaciones en 12 de sus asignaturas de su certificado general de educación secundaria, que en Inglaterra son conocidos como los GCSE.

En 2009, Lampard fue sometido a una prueba cuyos resultados demostraron que tiene un coeficiente intelectual (CI) superior a 150, incluso fue comparado con el nivel de Albert Einstein, cuyo CI era de 160.

Romelu Lukaku es otro de los que están en la lista de los superdotados. El delantero belga tiene la facilidad de hablar 5 idiomas: belga, inglés, francés, portugués y español. También entiende el alemán y el swahili, aunque no los domina al 100 %. Y, por si fuera poco, es graduado en turismo y relaciones públicas.

Andrey Arshavin, considerado el mejor jugador de Rusia de todos los tiempos, mostró su inteligencia en los campos de juegos y en las aulas de la Universidad de San Petersburgo. Estudió Tecnología y Diseño.

Siguiendo con la lista de los llamados “genios intelectuales” tenemos al italiano Giorgio Chiellini, quien ocupa el cuarto puesto gracias a lo demostrado como mientras estudiaba en la Universidad de Turín, donde obtuvo una especialización en Administración de Empresas.