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¡Hasta los ‘paisas’ se unieron a la fiesta!

Redacción Quito
No le gusta el fútbol, ni tampoco es hincha de ningún equipo. Pero la solidaridad empujó a Carlos Gallegos a animar como el seguidor más fiel. Carlos llegó al estadio Atahualpa junto a su hermana Jenny y su amiga Carmen Trujillo.
Lo primero que hizo fue adquirir una camiseta del Independiente del Valle. Quería apoyar al único representante ecuatoriano con vida en la Copa Libertadores.
“Es un equipo pequeño y no me importó comprar la camiseta y venir a animar. Además, la labor de ayudar a los damnificados es digna de admirar. Vengo del sur con dos hinchas de Liga”, señaló Carlos, quien además llevó algunos víveres para donar a las víctimas del terremoto.
Su hermana no paraba de saltar en la general sur. En cada ataque de los locales, gritaba enloquecida con su amiga Carmen. “Son los nervios. Me gusta mucho el fútbol y ver cómo ataca el equipo ecuatoriano me desespera. Esperemos que ya podamos meter el gol y gritar con toda la fuerza”, manifestaba mientras su mirada no se despegaba de la cancha.
Y su deseo se hizo realidad a los 42 minutos. Un centro de Junior Sornoza desde el costado derecho terminó en gol de José Ángulo. Jenny se levantó de su asiento, abrazó a su amiga y posteriormente a su ñaño. La alegría se desbordó sobre el cemento. Al grito de “¡sí se puede!” y que “se pare el Ecuador”, los asistentes festejaban la primera anotación de los del Valle.