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Sornoza: “No podía dormir, parecía que estaba soñando”
El manabita ya tiene guardado el zapato derecho con el cual marcó su gol. Algún día lo exhibirá en un minimuseo, en Portoviejo. Sus compañeros le hicieron bromas por la marcación.

“Me siento feliz de ver los diarios, la televisión que habla del gol. Es una motivación gigante”.
Su gol olímpico ha sido catalogado como el más lindo del siglo. El manabita Junior Sornoza, del Fluminense de Brasil, está en la boca de todos y su anotación ante el Defensor Sporting, por la Copa Sudamericana, es la más comentada del año.
El soberbio hecho ejecutado en el legendario estadio Maracaná quedó grabado en la historia del fútbol mundial.
Después de la anotación, Junior llegó a su casa y no podía creer lo sucedido. El reloj marcaba las cuatro de la mañana y seguía observando como la pelota entró.
Sornoza habló en exclusiva con EXTRA sobre la locura de ese gol y lo que se viene ahora. Sueña con clasificar a octavos de final para jugar en Cuenca.
Aquí la entrevista con el hijo de Carmen Moreira y Nazareno Sornoza, el jugador de moda en el mundo.
¿Gol soñado, pero hacerlo en el Maracaná es demasiado?
(Risas) La verdad que sí, era un gol soñado. Fue algo muy lindo y un hecho inexplicable. Gracias a Dios que me lo dio y se lo pudo festejar con todos.
¿Un gol para la historia, nos iremos algún día de este mundo y seguirán hablando de esa anotación?
Así es, algo para nunca olvidar, me siento contento y lo más hermoso es que se pudo ayudar al equipo a asegurar el resultado. Todos salimos ganando.
¿Pateaste la pelota y cuando esta iba en camino en qué pensabas?
En mi cabeza hacía fuerza para que entre el balón. Cuando vi que tomó la curva me dije tiene que meterse como sea. Estaba parado esperando la parte final. Antes de patear vi al arquero salido y tenía la certeza de que podía hacerlo. Gracias a Dios salió lindo el gol.
¿Segundos eternos hasta que entró la pelota?
Sí, estaba parado, fueron segundos, a mí se me hicieron eternos hasta que entró la pelota. Luego todo fue una bendición de Dios.
¿Entra la pelota y te vas de rodillas en el festejo?
Hermano...todo era felicidad, me daban ganas de llorar. Era una emoción increíble. Sentí mucha alegría ver al estadio gritar y todos parados festejando. Fue algo único.
¿Toda una noche histórica, fuiste a la rueda de prensa con tu hijo Mathías?
Él me esperaba afuera y quería que lo lleve a la conferencia de prensa. Lo hice para que no llore y era su primera vez. No me gusta que ellos salgan en entrevistas colectivas. Fue un gran compañero mientras hablaba con los medios de Brasil. Esto también lo recordaré siempre.
¿La prensa en Europa dice que es el gol olímpico más lindo del siglo?
Viéndolo como un aficionado es un gol espectacular. Ha sido una emoción gigante hacerlo. Es algo único y aspiro a seguir aportando con todo lo que pueda en beneficio de Fluminense.
¿Bien podrías hasta cambiarte el nombre y llamarte Olímpico Sornoza?
(Risas) Puede ser, la verdad estoy feliz y atravieso por un buen momento en el equipo. Pero esto ya pasó y hay que seguir entrenando con fuerza.
¿Qué manera de festejar la gente en el Maracaná?
Es como si esperaran ese gol. Todos grababan y en los últimos segundos hacerlo fue emocionante.
¿Fin del partido y a qué hora pudiste dormir ese día?
Creo que cuatro o cinco de la madrugada.
¿Y qué pasó?
Estaba viendo el gol, lo repetía a cada rato y veía por donde había entrado la pelota. Fue de locos. Parecía que soñaba y me tocaba para ver si era verdad. Luego escuchaba y leía los comentarios de todas las partes del mundo.
Una cosa es conversarlo y ha sido una de las madrugadas que más he visto un gol. Mi esposa dormía y la quería levantar para que me diga si en verdad el gol era mío. (Risas).
¿Lo veías y no lo creías?
Me pasé esas horas con el celular en la mano. Todos dormían y me preguntaba si el gol era real o un sueño. Lo veía desde todos los ángulos, me reía y daba gracias a Dios.
¿Ahora a buscar la clasificación en Uruguay para venir a Cuenca por los octavos de la Sudamericana?
Hay que ir a conseguir la clasificación. Defensor es un gran equipo, tenemos que luchar muchos en Uruguay. Tenemos que estar concentrados y alcanzar la clasificación.
La idea es estar en Cuenca con Fluminense?
Sí, esa es la idea, pero hay que clasificar en Uruguay. Ese es mi sueño de poder ir a Ecuador y saludar a todos. Pero primero hay que jugar ante Defensor.
¿Bolillo Gómez, nuevo DT de Ecuador que ya comenzó a trabajar, también es otro de los que ha estado viendo el gol?
Trabajo para ser tomado en cuenta en la selección. Quiero hacer las cosas bien para estar en la Tri y representar bien al país.
¿Qué pasó al otro día en el entrenamiento?
Me bromeaban mucho, decían que en realidad la había tirado al centro para que alguien la meta. Les decía que mi objetivo era ejecutar ese gol olímpico. Las bromas eran increíbles y solo les decía que sí.
¿Buena la relación con los compañeros y la hinchada?
Me llevo muy bien, es una familia. Con la hinchada es un ambiente muy lindo, espero seguir así por el bien de todos.
¿Los diarios brasileños salieron con la foto de Sornoza a lo grande, te tomaste las portadas?
Me siento feliz de ver los diarios, la televisión que habla del gol. Es una motivación gigante, porque me sirve para ir por el camino que me he trazado.
¿Ahora tienes compañía ecuatoriana, como la de Bryan Cabezas?
Nos llevamos bien, es una gran persona. Espero que le vaya de lo mejor, en Independiente estuvimos y nos fue excelente, además estamos para apoyarnos en todo.
¿Qué pasa cuando lees Sornoza, de Portoviejo, para el mundo?
Portoviejo es algo único. Es donde nací. Mi padre me llevaba al estadio. Están mis amigos, mi lindo sector de la Che Guevara. Siempre que voy visito la cancha donde jugaba y hasta hacemos partidos con mi gente.
¿Y en la Che Guevara nunca salieron goles olímpicos?
Imagínate, viene a salir un gol así en el Maracaná y en mi cancha de mi Portoviejo jamás. Pero tal vez cuando vuelva salga (Risas).
¿Qué vas a guardar de recuerdo?
El zapato derecho lo tengo guardado, algún día espero tener un minimuseo en Portoviejo para que todos los fanáticos lo vean.
¿Y tus padres en Portoviejo qué dijeron?
Se pusieron a llorar de la alegría. Estaban felices.