Roberto “La Tuka” Ordóñez lo había sentenciado: “Cuenca Juniors va a eliminar a Barcelona SC de la Copa Ecuador”. Y la profecía se cumplió. El equipo azuayo, de segunda categoría, con apenas un año y medio de vida en el profesionalismo, dejó en el camino al Ídolo, sumiéndolo en una crisis que cada vez duele más a su hinchada.

Barcelona sorprendió con una alineación plagada de suplentes, donde la presencia más fuerte era la del arquero Ignacio De Arruabarrena, quien fue figura en varios pasajes de la noche. Ismael Rescalvo mandó al campo a De Arruabarrena; Byron Castillo, Álex Rangel, Franklin Guerra y Mario Pineida; Leonai Souza, Dixon Arroyo, Jandry Gómez y Aníbal Chalá; Gabriel Cortez y Miguel Parrales.

El gol de Feyiseitan Asagidigbi, el comienzo de la historia

El Cuenca Juniors una historia de locura

Del otro lado, Cuenca Juniors respondió con hambre de gloria: Cortez; Cheme, González, Mercado y Mosquera; Preciado, Torres, Asagidigbi y Góngora; Rosa y, por supuesto, el eterno Ordóñez.

El primer tiempo fue todo del equipo azuayo. A los 20 minutos, Cuenca pudo adelantarse, pero De Arruabarrena firmó la atajada de la noche y evitó lo que parecía inevitable. El Ídolo se sostenía gracias a su arquero, mientras la hinchada cuencana contenía el grito de gol. Segundos después, otra ocasión clara se escapó y los nervios parecían jugar en contra del club recién nacido.

El gol de Roberto La Tuka Ordóñez

El drama siguió en el segundo tiempo. Gabriel Cortez rozó el gol olímpico en un tiro de esquina que se colaba directo al arco, pero el guardameta Cortez —homónimo en la vereda contraria— ahogó la jugada que pudo ser recordada como uno de los golazos del año.

La sorpresa llegó al minuto 58: El nigeriano Feyiseitan Asagidigbi, tras una cortina de “La Tuka” Ordóñez, abrió el marcador y encendió la fiesta morlaca. Apenas cuatro minutos después, Ordóñez firmó su noche soñada. Un centro de Zambrano encontró su cabeza letal y el 2-0 retumbó en el estadio. El coloso guayaquileño, herido, quedaba fuera a manos de un equipo de Segunda Categoría.

El pitazo final fue sentencia: Cuenca Juniors sigue haciendo historia y Barcelona vive horas oscuras. Ismael Rescalvo, en el banquillo, no encuentra respuestas. La Copa Ecuador se convirtió en un drama que parece no tener fin para el Ídolo del Astillero.

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